Invitaciones agotadas en pocos minutos el día 1 de octubre, el fin de las restricciones y el cansino derbi en Oviedo. Conclusión: bastantes sillas libres y todos disciplinadamente sentados en los bancos como el que va a misa… en este caso para sentir el llanto del éxtasis eucarístico de Amancio Prada.
Un Amancio abrumado por la inmensidad del espacio, dio las gracias por estar en una joven y guapa catedral en la celebración de su 1.200 cumpleaños. El ascético cantautor Berciano se mostró entusiasmado por estar en Oviedo, observaba cada espacio de la catedral, justo antes de iniciar el concierto advirtiendo que previamente del “Canto espiritual” propiamente dicho, interpretaría “Canciones del alma” ya incluidas en su trabajo discográfico del año 2002 conmemorando los 25 años de la primera versión del “Cántico Espiritual”, tras su estreno en la Iglesia de San Juan de los Caballeros (Segovia), el Sábado de Gloria de 1977.
Juan Luis Gallego al violín y Mariana Cores al violonchelo fueron acompañando a Prada desgranando sin solución de continuidad los distintos poemas del “Cántico espiritual”: ¿A dónde te escondiste?, ¡Oh bosques y espesuras!, mil gracias derramando…
Recordaba Prada como es en París, por casualidad cuando compartiendo una buhardilla, su compañero le regala un libro de San Juan de la Cruz, para que le dejara dormir por las noches. Y será en París, donde abandone finalmente sus estudios iniciales de ciencias empresariales aplicadas a la agricultura, y donde entre en contacto con Georges Brassens en el Theâthre Bobino durante el mes de diciembre de 1972.
Como otros tantos cantautores exiliados en París, regresa a España en 1975, y graba su segundo disco, dedicado a su otro “amor” Rosalía de Castro, siendo el segundo bis y cierre del concierto del pasado sábado, “Adiós ríos, adiós fontes”.
¿Y que anda ahora metido Amancio Prada? A finales de año ve la luz el libro-disco dedicado a Gustavo Adolfo Bécquer, que se presenta, dentro de los actos organizados por la Universidad de Sevilla conmemorando el 150 aniversario del fallecimiento del poeta, en la Iglesia de la Anunciación de Sevilla.
