Resultados, lo que son resultados, se han visto más bien pocos, para qué engañarnos. Pero leer a un alcalde de Oviedo, que suelen ser del PP, y a un presidente asturiano, normalmente del PSOE, algo diferente a lanzarse ladrillazos, a uno hasta le reconforta.
Canteli y Barbón han encontrado un punto de encuentro y ya no es casual que se manifiesten respeto y escenifiquen colaboración. De este viaje, a lo mejor hasta la Ópera de Oviedo logra que el Gobierno central deje de tratarla con desprecio respecto a sus iguales en España. Otro asunto sería comentarle a Adrián Barbón que quizá su administración podría dar ejemplo e implicarse un poco más con uno de los motores culturales de la capital, junto a la música clásica.
De este viaje, decía, igual recoge frutos la ópera, porque el presidente regional se ha comprometido a trasladar a Madrid las inquietudes de la temporada lírica ovetense, las que también el propio Canteli le reclamó desde estas páginas hace un par de días.
En ese momento, el Alcalde pidió además a Barbón que implorase por la Ronda Norte en el Ministerio correspondiente. Ahí hay más tela que cortar, dudas con los trazados y relativa contestación vecinal, pero también el presidente ofreció su mejor cara. Todo es almíbar en la extraña pareja, una relación que ha cuajado, pocos adivinaron que iría tan bien.
Tienen ambos una tercera asignatura de aquí a diciembre. Poner a rodar la antigua fábrica de La Vega, que sería poner a rodar a Oviedo hacia el futuro. Al fin.
