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Carlos Fernández Llaneza

Amigos del arte

La relevancia del Bellas Artes en la ciudad y de las instituciones que lo apoyan

A poco que lo pensemos le daremos la razón a Bob Dylan: “En el interior de los museos, el infinito se somete a juicio”. Porque entrar en un museo tiene mucho de asomarse al infinito. Todo su contenido trasciende al tiempo, lo rompe por sus costuras y abraza la eternidad. Un museo es un cruce de sentimientos. Una caja de sensaciones. Esencia de luz. De color. De inspiración. De anhelos. Pinceladas de sueños. Cada vez que nos asomemos a las colecciones que atesoran, por numerosas que sean las veces que lo hagamos, nuestra percepción y sentimientos pueden ser diferentes. Los museos son fundamentales. Sin ellos las ciudades estarían incompletas. Tendríamos una notable carencia. Por eso es importante disponer de personas e instituciones que los potencien, mejoren, financien y protejan. En Oviedo, afortunadamente, tenemos buenos museos: el Arqueológico –fantástico– y una pinacoteca, me atrevería a decir, de las mejores de España. Fue en 1969 cuando la Diputación Provincial y el Ayuntamiento de Oviedo constituyeron la Fundación “Centro Provincial de Bellas Artes”. Habría que esperar hasta el 19 de mayo de 1980 para la inauguración del Museo de Bellas Artes de Asturias que, entonces, tenía siete salas que albergaban una pequeña colección compuesta por obras procedentes de la Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos, creada en 1844; del antiguo Museo de la Academia Provincial de Bellas Artes de San Salvador, fundado en 1889; y de la colección de arte de la extinta Diputación Provincial. Desde entonces el museo ha crecido y mejorado sustancialmente y hoy suma más de quince mil obras.

No es de extrañar, por tanto, que un museo así cuente con recursos para hacerlo más abierto, más popular. En octubre de 2019 nació la Asociación de Amigos del Museo de Bellas Artes con el propósito de “ofrecer a la sociedad cauces para una participación más activa y directa en la vida del museo”. Son sus fines:

Dar a conocer el Museo de Bellas Artes de Asturias y las colecciones que alberga así como su evolución y desarrollo en el tiempo.

Colaborar con la Dirección del Museo en la definición de los planes estratégicos y en la difusión e implantación de dichos planes.

Favorecer el incremento del patrimonio del Museo de Bellas Artes de Asturias, fomentando y gestionando donaciones y legados.

Colaborar con el Museo de Bellas Artes de Asturias en la gestión de sus servicios complementarios de conservación, restauración, archivo, biblioteca y demás actividades desarrolladas por el Museo.

Fomentar la relación con asociaciones y organizaciones de ámbito autonómico, nacional e internacional que persigan fines análogos o complementarios.

Qué duda cabe que una asociación de estas características coadyuvará a mejorar nuestro museo y a aportar su contribución para que los asturianos de hoy y del mañana podamos continuar cruzando sus puertas para dar un merecido descanso a mente y alma, tan frecuentemente afanadas en laberintos y torbellinos que para nada sirven y mucho estorban. Háganse amigos del museo si les place. Y, sobre todo, anímense a traspasar el umbral del museo, piérdanse por el infinito de sus salas: lo disfrutarán.

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