La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

antonio masip

Con vistas al Naranco

Antonio Masip

Acerca del guadiana descentralizador

Las ocurrencias del municipalismo y un recuerdo para un ángel apellidado Madariaga

Hay ocasiones silentes ante las que se suelta “ha pasado un ángel”.

De la descentralización se dicen demasiadas cosas en inútil actualidad. Aparece y desaparece tal guadiana. Siempre me interesó ese debate, que nunca debió ser efímero ni enésima oportunidad para descalificaciones. Acercar el Poder, desburocratizar y gestionar mejor son prioridades siempre.

Recuerdo a Alfonsín planteando la capital federal en la Patagonia. Entonces, el Secretario de Viedma, capital rionegrina, el poeta Roberto Viñuela, de raíz asturiana, me informó del proyecto equilibrador, y tuve la ocurrencia, en un libro de Faustino F. Álvarez, que la capital española podría ubicarse en León. Corcuera, Ministro del Interior, me hizo llegar por el querido Jesús Sanjurjo, FSA, la conveniencia de no insistir en ocurrencias.

Conocí a Salvador de Madariaga veinte años antes de escuchar a Rodolfo Martín Villa su “café para todos”. En aquel agosto de Oxfordshire, no se había lanzado la metáfora del que era Presidente del SEU, luego ministro, que como tal “encargó café para 17 pocillos”, ni otros teníamos ideario regionalista democrático, ni surgido el rango preconstitucional o constitucional de Autonomías. La crisis autonómica desafinó con la pandemia, lo que debería estudiarse.

Madariaga, europeísta y federalista, se planteaba cosas muy serias para la Democracia, la imprescindible descentralización, los reconocimientos catalán y vasco, la vertebración de España…. Tenía la experiencia de universitario parisino, de profesor de Oxford, de ministro y embajador, de conciliador y testigo en los conflictos del Manchukuo, el Chaco, la Guerra española, las posguerras española y mundial, la creación del Consejo de Europa, literato e historiador, editorialista en BBC... Antes que Saramago, consideraba que, con el inminente fin colonial, Portugal pediría Federación Ibérica, el Banco de España debía trasladarse a Barcelona, el Tribunal Supremo a Valladolid y un tercer organismo a Bilbao.

Íntimo de Madariaga, el ovetense Carlos Prieto al que puse calle que luego arrebataron, como a Sara Suárez Solís, por ignorancia, a veces más vesánica que el sectarismo político. Sara es de la nómina “La Bien Novela” que espigaron Avello, Alarcos, Cachero, Juan Benito…En mandato de Eloína Suárez hubo acierto al introducir en el callejero a don Salvador. Pensé que la iniciativa sería de Canteli el Bueno, pero, en su legado a la Ramón Pérez de Ayala no hay obra de Madariaga; en cambio, gracias al Archivo Municipal, que funciona muy bien pese al dominante páramo cultural, conozco en el expediente escrito de la Federación de Masas Corales, presidida por Modesto González Cobas que, por su nivel intelectual, miembro RIDEA, sí conocería la ingente aportación del admirado publicista. Negar a Prieto o a Sara no es nada como hacerlo con Charles Darwin y la gran Concepción Arenal, por cierto de pasado trubieco. Debemos asumir estoicamente barbaridades mayoritarias de descerebrados munícipes. A no olvidar el hacha de El Carbayón, los derribos de Los Pilares, Concha Heres, el Palacete Herrero, El Fontán, Santa Clara, parte la Plaza de la Catedral, la Fuente Seca de Vaquero…el manto sobre el Cañu del Fontán o los genitales de las figuras de Laviada, la desaparición de Neptuno, y ulterior receptación, la suspensión de las representaciones de Teatro, ¡y el Teatro mismo!, o la pretensión de borrar ciudadanos del Registro, o, aún, destrozar la Biblioteca Consistorial regalando sus libros, por lo que el sonoro rebuzno, como califica Paco Carantoña Jr., puede doler pero jamás sorprender.

Sin ánimo polemista, evoco altísima personalidad apenas citada hogaño. Si la Descentralización Gubernamental debe preceder las Autonomías ya es debate tardío.

Ha pasado un ángel… ¡Madariaga lo era y es!

Compartir el artículo

stats