Teatro del Norte vuelve a Valle y lo hace para coronarse. Etelvino Vázquez es uno de los directores españoles que mejor ha entendido al autor gallego y aquí nos lo demuestra con creces.
En “Ligazón”, la primera parte del espectáculo, que comienza con el amor y acaba con la muerte, consigue crear una atmósfera mágica y sensual para el cortejo entre una vampírica mozuela (Cristina Lorenzo) y un cándido afilador (David González), en este moderno alegato en el que Valle coincide con Moratín al reivindicar el derecho de la protagonista a decidir sobre su cuerpo, acosada por los seres mostrencos de la madre y la tía, parcas usureras y brujas de aquelarre, aquí convertidas en títeres de cachiporra enmascaradas
En la segunda parte, “La rosa de papel” nos seduce gracias al humor esperpéntico más negro de la fragua del borrachín Simeón Julepe, que pierde a su esposa Floriana, tras una terrible agonía entre estertores, en los que esta aprovecha para esconder el botín de sus ahorros, que será, a la postre, la perdición de la casa.
Destaca la composición del pelele Julepe y la moribunda Floriana que Telvi y Cristina Alonso llevan a cabo magistralmente, apurando la comicidad en múltiples gags y brillantemente secundados por Cristina Lorenzo y David González, geniales como las comadres plañideras recién salidas de la Galicia más ancestral y profunda. En suma, un espectáculo con el ritmo y el tono necesarios que la farsa necesita para que el patetismo grotesco del esperpento valleinclanesco encandile y divierta al público, tal y como ocurrió el pasado viernes en el teatro Filarmónica.
Por su clarividencia y subversión en el uso del lenguaje Valle-Inclán es uno de nuestros clásicos imprescindibles y debería estar siempre presente en los escenarios.