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Carlos Cuesta

Recuperar un viejo Camino

La vía de Tarna aportaba prosperidad, y puede volver a hacerlo

Todos los caminos de nuestro entorno llegan a Santiago podríamos decir. Y una ruta de las muchas existentes en el septentrión hispano es la referida al puerto de Tarna a través del curso del río Nalón por Caso, Sobrescobio, Laviana, San Martín del Rey Aurelio y Langreo hasta alcanzar San Salvador en Oviedo.

Una vía jacobea de carácter secundario, pero que en la baja Edad Media tuvo mucho predicamento y fue transitada por comerciantes, buhoneros, gentes de los más variados oficios, repobladores y peregrinos. Y esta ruta transmontana del Camino de Santiago desde las tierras de León a Oviedo por la atalaya cantábrica de Tarna, quiere por derecho propio formar parte de los muchos caminos que conducen a Santiago y desde la Sociedad Cultural y Gastronómica “La Pegarata” de Pola de Laviana se está reivindicando este itinerario desde hace años con actividades culturales y relaciones amistosas con la Asociación Amigos de los Caminos de Santiago de Álava. Un camino muy olvidado y que en otro tiempo fue eje vertebrador de transformación social y económica. La puesta en escena de un libro multidisciplinar sobre este Camino, coordinado por el eminente catedrático de historia medieval de la Universidad de Oviedo Juan Ignacio Ruiz de la Peña Solar, ya fallecido, con el apoyo inestimable de la historiadora María Álvarez Fernández, ha supuesto un paso importante de conocimiento de una realidad que estaba oculta y perdida en los suburbios de la memoria colectiva. Ahora es el momento de rescatar este paso de peregrinación e incluir en la historia cultural del universo jacobeo esta ruta con esencia transmontana y mentalizar a las administraciones públicas de este recorrido la importancia cultural, social, económica y turística que significa. Es tiempo de actuar sin prisa pero sin pausa y estudiar este itinerario histórico con arreglos diversos en los pasos a seguir, señalizar vestigios, monumentos y arquitectura civil y eclesiástica. Queda mucho por hacer, pero rescatar esta senda de peregrinación es contribuir a engrandecer el acervo cultural de este espacio del Nalón y demostrar que en estos pagos la historia dejó impronta y verdad. Este Camino, con ser secundario, dejó huella indeleble y fue una fuente más de feliz acercamiento y notable reactivación económica en los lugares de paso. El turismo nos espera. Es momento de promoción y de recuperar esta vía peregrina. La historia lo exige.

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