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Alicia Pajón

Crítica / Música

Alicia Pajón

El canto de la Ballena para el Día de la Tierra

La nueva propuesta de CIMCO, a cargo de “Soinuaren Bidaia”, logró atrapar al público joven

La versatilidad de las agrupaciones camerísticas se pone de manifiesto en el Ciclo Interdisciplinar de Música de Cámara de Oviedo (CIMCO). El ciclo que se inauguró el pasado octubre ofrece a la capital asturiana interesantes propuestas con las que acercarse a nuevos públicos. El sábado, el Ensemble “Soinuaren Bidaia”, con la narración del musicólogo Eduardo Chávarri, ofreció a los más pequeños la posibilidad de disfrutar de la música del compositor norteamericano, recientemente fallecido, George Crumb (1929-2022).

El canto de la Ballena para el Día de la Tierra

El mensaje del concierto del sábado era de calado y acorde con nuestro tiempo: la emergencia climática no puede obviarse más y necesita del trabajo de todos. Una iniciativa de lo más oportuna para concienciar a las generaciones más jóvenes justo en las fechas en las que se conmemora el Día de la Tierra. La atípica partitura de Crumb mezcla los instrumentos con sonidos electrónicos, ruidos o silbidos para realizar un recorrido por la formación de la vida y las distintas etapas del planeta. Una música de sonoridad vanguardista que consigue trasmitir los cantos de los animales y hacer escuchar su grito de ayuda.

La propuesta aúna narración, música e imagen. Dentro de esta propuesta multimedia, durante una hora, la flauta, el piano y el violonchelo, todos ellos amplificados, se combinaron para traducir el canto de los animales, iniciándose con la ballena jorobada y siguiendo con arañas, dinosaurios y leones. Las tres intérpretes, que llevaban una máscara, se unieron al narrador en una velada llena de elementos teatrales y, acompañados de imágenes de animales que apoyaban su relato, atraparon al público con su alegato en defensa de la naturaleza.

La puesta en escena y la calidad de la interpretación musical y narrativa consiguieron trasmitir el importante mensaje de lo urgente que es proteger la tierra en la que vivimos. Un espectáculo que, sin caer en los clichés infantiloides de muchas de estas propuestas, supo mantener el hilo conductor y atrapar al joven público que siempre estuvo atento y participativo. Un buen ejemplo de que la música puede llegar a todos y que es muy grande el abanico de posibilidades para ofrecer una interesante programación musical.

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