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Jonathan Mallada Álvarez

Crítica / Música

Jonathan Mallada Álvarez

Locura barroca

El intimismo y la calidez de Andueza y La Galanía convencen a los melómanos ovetenses

Ante la cancelación del concierto a cargo de Musica Alchemica y Lina Tur Bonet, la IX edición del ciclo “Primavera Barroca” se clausuró anoche con el recital de Raquel Andueza y la Galanía. Un broche tan inesperado como inmejorable gracias a una velada musical agradable y llena de magia a ambos lados del escenario.

El programa, rico y variado, favorecía la calidez musical de la soprano navarra, conjugando unas piezas algo más briosas (como la “Jácara de la trena” o la “Zarabanda del catálogo”), con otras mucho más melódicas y delicadas. Mientras que, para las primeras, Andueza lució mayor volumen y un uso de los registros de cabeza y pecho, para obras como “Sé que me muero”, optó por un extraordinario manejo de la emisión y el fiato, resultando un sonido nítido y contenido que arrulló con dulzura a los asistentes. Plena de sensibilidad y con una técnica especialmente depurada, la pamplonica desarrolló un programa, nada sencillo, con una expresividad sobresaliente en las piezas de Cavalli y Monteverdi.

La disciplina de “La Galanía” contribuyó enormemente al éxito del concierto. Al margen de una plantilla reducida que propicia la comodidad de la carismática soprano, el nivel técnico de cada uno de los músicos y su complicidad, fructificaron en un sonido delicado, bien ensamblado, preciso y afinado, con unas articulaciones ajustadas y un gran cuidado a la hora de arropar a la navarra. Con el público entregado de principio a fin, interpretaron dos vistosas piezas: “A la zambarambé” y “Sans frayeur dans ce bois”, como propinas.

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