La prestigiosa Camerata Salzburg había programado para Oviedo, en el contexto de los Conciertos del Auditorio, un programa junto al prestigioso violinista Renaud Capuçon. Sin embargo, la enfermedad del solista obligó a buscar sustituto en el último momento. Lo que hizo que el concierto para violín se convirtiese en un recital de violonchelo, y que en lugar del concierto N.º 5 de Mozart para violín escuchásemos el concierto N.º 1 para violonchelo de Haydn. En este contexto, la solista Julia Hagen tenía la nada fácil tarea de sustituir al esperado violinista francés. Sin embargo, su actuación fue brillante y superó impecablemente el reto. La solista deslumbró al público con una segura y sólida interpretación que hizo patente el motivo por el que es una de las más prometedoras intérpretes del momento.
Al buen hacer de la violonchelista se sumó la solvente interpretación de la camerata. Dirigida por el firme arco de la concertino Charlotte Juillard, la agrupación hizo gala de su consabida búsqueda del “sonido de Mozart de Salzburgo”. Dentro de este marco sonoro, la camerata ofreció una excelente velada, en la que destacó la compenetración sonora del conjunto que permite disfrutar de un depurado equilibrio tímbrico y de registro, a la vez que es posible mantener la atención en el diseño de cada una de las voces. De forma que la nitidez del sonido, la precisa gesticulación y la delicadeza en los matices permitió disfrutar de nuevo de dos de los grandes compositores de todos los tiempos. El entusiasmo del público fue evidente, y regalaron a los intérpretes con efusivos y cálidos aplausos que se vieron recompensados por dos bises con composiciones de Bach y Mozart.
