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Pablo Laspra

Crítica / Música

Pablo Laspra

Imponente calidad juvenil

El excepcional desempeño en Oviedo de la Joven Orquesta Nacional

La programación musical ovetense estival es variada, pero al mismo tiempo cuidada y de calidad. Y aun así, nos sorprenden gratamente interpretaciones como la de ayer. La Jonde es una orquesta fresca, potente, que cuida el detalle interpretativo, y que apuesta por una renovación musical de estilo, al tiempo que ejecuta proyectos innovadores. Con su director invitado Pablo González, actual titular de la Orquesta de RTVE, se completa la perfecta sinergia de calidad y juventud, claro referente para orquestas nacionales e internacionales a la hora de aumentar y perfeccionar los atriles que las conforman. Ese futuro no es tan distante para estos 94 jóvenes de entre 18 y 26 años, y esta especialización que reciben participando de esta agrupación les permite perfeccionarse en un entorno laboral tremendamente competitivo.

Cabe destacar la enorme calidad interpretativa de la orquesta, así como de la pianista Elisabeth Leonskaja, georgiana de nacimiento pero ya adoptada por los escenarios de toda España. Sutil, delicada, pero con extrema agilidad y vigor, ha demostrado que su calidad interpretativa no ha dejado de crecer, siendo su Beethoven una pieza imponente pero que resolvió con maestría. Bravo por el bis que hizo con la sonata “La Tempestad”, de Beethoven.

La segunda parte mostró todo el esplendor y potencia de un Mahler romántico, pero moderno en concepto. Sus armonías supusieron un claro cambio de enfoque del sinfonismo, siendo un compositor “bisagra” entre estilos, pues se acerca a lo que hoy llamamos en términos más coloquiales "estilo cinematográfico". Siendo la incorporación de su Adagietto a la película “Muerte en Venecia” ampliamente conocido, el resto de movimientos destacan por un uso de la orquesta masivo y contundente, con diálogos y fraseos entre secciones bien gestionados, pero al mismo tiempo con un sonido pleno y mesurado. La distribución de la orquesta con los Violines I y II enfrentados a ambos lados del director hizo resonar aún mejor ese equilibrio de potencias. Esta distribución es de las preferidas por Barenboim y Kubelík, ya que como bien han expresado varias veces, el hecho de colocar a cellos y contrabajos detrás de los violines I genera un refuerzo o apoyo sonoro que articula mejor con los agudos de la cuerda. Además, enfrentar a los violines II a la derecha del director –aún cuando su instrumento queda con la trasera hacia el público y estéticamente puede parecer que queda peor– equilibra la parte melódica de los agudos de la cuerda.

Globalmente, la interpretación de la Jonde fue excepcional y demostró que la juventud no está para nada reñida con calidad. Logró en este Adagietto una expresividad conmovedora, sobre todo al ver la intensidad de pasión demostrada por los músicos. Mención especial merecen todos los solos que tuvieron que defender en ambas piezas, excepcionalmente el de trompa de Mahler.

Como propina, el Intermezzo de “Cavallería Rusticana” de Mascagni, y un arreglo muy bien llevado del pasodoble “Amparito Roca” de Texidor, ambas con la misma maestría interpretativa que las piezas del concierto.

Enhorabuena al maestro González por sacar lo mejor de esta formación, con creces. Y tremendo bravo por el esfuerzo, el compromiso y la calidad mostrada en conciertos como el de ayer, pues demuestran sin lugar a dudas la calidad del panorama musical español en sus raíces tempranas.

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