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antonio masip

Con vistas al Naranco

Antonio Masip

De alopecia finita a infinitas pelambreras

Koestler fue pionero contra totalitarismos. Di cuenta de "Del cero al infinito" en el Campamento militar de El Ferral. Otros tendrán particulares experiencias de recluta en la leva obligatoria a la patria, "El ardor guerrero" de Muñoz Molina, autor que Alarcos recomendaba.

Una noche cualquiera, me escapé al Costerón con Lito, encantador y gran amigo, y otros mineros. La actividad de picador es la más dura de España. Allí, al borde del Campamento leonés, facilitaban bocadillos, vinazo y cubalibres, de los que mis compañeros de aventura se nutrieron. Al volver a la nave dormitorio nos detuvo la Policía Militar con alférez avilesino de malas pulgas. A mí, que apenas había probado alcohol, me permitieron pasar pero no a Lito y los demás que respondieron con palabras gruesas. El resultado, arrestos y afeites de pelo al cero entonces considerados humillantes. Era el tiempo en que Fraga, negando otras crueles represiones, reconocía a Pepe Bergamín, que no a Menéndez Pidal, primer firmante de protesta intelectual, excesos rapando mujeres que inmortalizó pintura de Eduardo Arroyo.

Tras la guerra mundial, París/1945, también hubo mujeres al cero por colaboracionismo nazi. Lo leí en Albert Camus y otros. Algo me contó Jane Birkin.

Ahora, 53 años después del Campamento, me encuentro con Lito que reprocha cómo me "escaqueé" de aquel nocturno corte pelambrero: "Seguramente porque eras de Alta Alcurnia y estarías enchufado lo que no nos pasaba a los de Urbiés". Es en Me Aptc en Monte Cerrau, ante Jose, testigo cualificado, y resulta que Lito tiene pelo mientras no me importa, si no busco de propósito ese confortable cero, o, mejor, corte al uno, contra las cariñosas opiniones de mi mujer e hija. ¡Cuántos lucen alopecia y melenas! Convinimos, en cualquier caso, mientras damos cuenta de unos "cacharros", que no tuvimos ardor guerrero. ¡Ni ganas! ¡Viva la amistad dormida medio siglo y pico!

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