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Ana Taboada

Salvemos La Vega

Una contestación a las últimas declaraciones del Alcalde sobre la fábrica de armas

"Siglas decadentes de la izquierda, supuestos líderes vecinales y sociales, asociaciones variopintas y exiguas en socios, grupos que se consideran la élite elegida para defender la esencia de Oviedo y jubilados de ese amplio grupo de políticos y profesionales varios", a los que se añadirían los "artistas" que, a juicio del Alcalde, son todos de Podemos, se han apuntado a salvar La Vega de la especulación urbanística que tomará (si no lo evitamos) forma de una torre de 25 alturas, 1.000 viviendas y cientos de aparcamientos en el corazón de la ciudad. Además de cruzar de norte a sur y de este a oeste el conjunto fabril por una autopista. El estilo de la carta abierta publicada el domingo por este diario nos indicaría que el señor Canteli ha estado durante sus vacaciones escuchando canciones de Joaquín Sabina, tal es la enumeración poética, tan cara al cantante de Úbeda. Sabemos que no, que sus afectos musicales están más próximos a Marta "pa-los-paisanos" Sánchez y el programa del San Mateo nos amenaza con que no ha habido cambios en sus trasnochados gustos.

El Alcalde, y el asesor que le busca citas de poetas ingleses en Google, están dolidos porque saben que la ciudadanía ovetense va a defenderse, en alianza a lo Fuenteovejuna, y no tragará el menú servido desde Madrid, con una foto en la que se olvidaron únicamente del Arzobispo, quizás herido con el nuevo y moderno skyline de la ciudad, que relegará a la Catedral a un lugar subsidiario de perpetrarse el atentado urbanístico.

Decir que el 82% de la ciudadanía ovetense está a favor del pelotazo urbanístico en lo que fue convento, fábrica y posiblemente con anterioridad conjunto palatino, historia viva en todo caso de nuestro municipio, y hacerlo además en favor de un tercero, el Ministerio de Defensa, que lleva una década en deuda con la ciudadanía ovetense, dejando morir los elementos patrimoniales por falta de mantenimiento (a la vista de todo el mundo están los chalés de los ingenieros en la calle Tenderina) es faltar a la verdad. Mentir. Tal afirmación denota la falta de respeto de este Alcalde a todo lo que tenga que ver con la participación ciudadana. Y, más allá, con la simple democracia. Ni Partido Popular, ni PSOE, ni el partido naranja de color ya desleído llevaban en sus programas electorales nada parecido a lo que ahora se pretende concretar, acelerando además los ritmos para firma un convenio antes de la próxima contienda electoral y hurtando por tanto definitivamente el debate a la ciudadanía y a los votantes. Muy fuerte, señor Canteli.

No es la única mentira. Aceptar como premisa de negociación la falacia de que no cabe fórmula jurídica alguna para conseguir la cesión del conjunto fabril que no pase por los exagerados aprovechamientos urbanísticos que se conceden al Ministerio en la misma parcela es ir derrotado de antemano, en dejación de funciones como Alcalde. Hay otras fórmulas jurídicas más beneficiosas para el municipio, y lo demostraremos.

Saben usted y sus asesores que a la vuelta del verano el debate ciudadano estará plagado de argumentos en defensa de la integridad de un conjunto de incalculable valía desde el punto de vista patrimonial, histórico y también sentimental, porque ahí han trabajado miles de ovetenses. Su insulto clasista a la cultura obrera, de nuestro concejo y de los concejos mineros, como del que usted mismo viene, le desnuda como Alcalde de solo una parte de los ovetenses, la compuesta por las élites y los lobbies a los que usted representa.

Oviedo aún tiene reciente la resaca de un soberbio pelotazo en el que participaron administraciones local y autonómica, del PP y del PSOE, con el resultado de un fracasado Calatrava en la parcela del viejo Tartiere y viviendas de lujo y equipamientos privados en El Vasco. Es demasiado pronto para tragar con una nueva agresión urbanística. La movilización ciudadana no descansó en verano y eso les ha puesto en guardia. Y sí, hay alternativa: El progreso en el siglo XXI abre grandes avenidas, ensancha calles, genera pulmones e impulso desde lo público y para el bien común. Hay horizonte, hay ejemplos de modernidad y ciudad de futuro para las generaciones venideras, basta con mirar en Coruña o Toledo o experiencias de recuperación de espacios fabriles en Madrid o Barcelona. Y no muy lejos, experiencias europeas a las que mirar para no avergonzarnos de que el ladrillo vuelva a ganar al pueblo.

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