María Dolores Pradera, a la que conocí en chez los Cadavieco en Latores, popularizó: "He de sacar juventud de mi pasado"… Yo, versus el menosprecio a la ciudadanía y a los crímenes que quieren perpetrar en el Naranco y la Vega.
Taibo I en "Para parar las aguas del olvido", libro fantástico, afirma que cada hogar ovetense guarda una foto enmarcada del Naranco. Ese simbolismo, como a otros sucedió antaño con El Carbayón, nos revuelve con Ronda Norte, sostenida todavía por desconocedores de Oviedo.Y los que aún la pretenden de buena fe deberían oír mejores soluciones al sensato Carlos Llaneza, que, con imaginación y temple, "desfacerá entuertos" que diría el Quijote.
Al discutir el primer paquete de propiedades militares entre las que estaba la singular cima del Naranco, el General Valverde deslizó la contradicción municipal de valorar cero la cima mientras en "Oviedo" de Manolo Avello, que yo prologaba, el Naranco es tesoro infinito.
El Naranco va de ese cero (urbanístico) al infinito (sentimental) pero las faltas alcanzan ahora al Ayuntamiento Pleno que puede propiciar ladinas puñaladas mortíferas. Cuchilleros de Borges y Bioy… Nicanor Rozada difundió "¿Por qué sangró la montaña?", título de actualidad con túneles que sangrarían, puro sadismo, símbolo y pulmón.
Como ha recordado Juan Álvarez Areces, Oviedo ¡ha de despertar!, contra la pocilga del Duernu y los desprecios consistoriales que mixtifican errático progreso con su retraso reaccionario y depredador.
Vieyu que soy escuché impresionado cuando la Pirenaica leyó con gran dramatismo uno a uno los ministros que daban "enterado" a la sentencia de pena capital a Julián Grimau. En La Vega y El Naranco cada concejal retratará su infamia, como sucedió con El Carbayón, Los Pilares…
María Dolores cantó en Latores "¡El último fracaso!" ¡Temo irreparable fracaso para El Naranco/Túnel y La Vega, a la espera de la fábrica de gas y de la antigua ciudad hospitalaria! ¡Ansiando nuevo alcalde que vele por Oviedo!
