La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Álvaro Faes

al final de la semana

Álvaro Faes

Oviedo y el "efecto AVE"

La ventana de oportunidad que la alta velocidad ofrece a la capital asturiana

Ahora que lo tenemos tan cerca, cuando llegamos a pensar que nunca sucedería, el peligro es recibirlo con la guardia baja, sin el vigor imprescindible. Serán unos pocos meses, mayo quizá por esas prisas electorales o puede que un poco después. Ya casi da igual si la alta velocidad llega a Asturias, a Oviedo, semana arriba, semana abajo, 42 años después de la ensoñación de Alejandro Rebollo truncada por la abrumadora victoria socialista de 1982 y el cambio de planes de entonces hacia otros intereses. El camino de espinas ya no importa porque la mirada ha de ir hacia adelante, el tren rápido vendrá con una brisa de renovación, el "efecto AVE" se notará pronto y Oviedo ha de estar alerta para subirse a la ola, responder satisfactoriamente y sacarle todo el jugo que pueda a la nueva situación. En época depresiva, de introspección y dudas, la capital asturiana puede ser expansiva, imaginativa y disruptiva para ofrecer su mejor cara ponerse la primera de la fila para recoger los beneficios por llegar.

Oviedo y el "efecto AVE"

A 2 horas y 43 minutos de Madrid, cambia la perspectiva. La de todos. La de los turistas, la de los inversores, la de la industria, la de las ferias y congresos, la de los que trabajan en la capital, la del que busca una segunda vivienda, la de las empresas… Se una "Ciudad Ave" te cambia la vida. No solo por entrar en las campañas de promoción que la propia Renfe hace de sus destinos sin por la gran ventana de oportunidad que se abre.

Los 50 kilómetros de vías, 40 de ellos por túnel para atravesar la Cordillera sitúan a Oviedo en otro lugar. La hacen una ciudad más atractiva, que deberá adaptarse. Por ejemplo, a recibir a más gente, aunque se queden menos tiempo, pues el AVE cambia muchos hábitos. Faltan "unos pocos meses", dijo la ministra Raquel Sánchez, sin saber, seguramente, que esos meses levantan esa losa de pesimismo que, a veces, al asturiano parece hasta gustarle arrastrar.

Oviedo será más interesante, más atractiva, pero deberá cuidarse más porque subirá la exigencia y a la ciudad se la comparará con las mejores. El proyecto que las administraciones perfilan en La Vega puede tener al tren como una de sus palancas para triunfar. La tecnología y la investigación sanitaria serán el motor de la vieja fábrica, un recinto que ya no será recinto porque dejará de ser cerrado y se integrará en la ciudad y que iniciará su tercera vida, después de siete siglos como monasterio y 150 años como factoría de armamento.

Empiezan a pasar cosas donde parece que nunca sucede nada, solo falta, y no es poco, aprovechar las oportunidades que llegan, mantener las miras altas y no perderse en cuestiones menores que nos hacen parecer un pueblo enfrentado.

Compartir el artículo

stats