Epígrafe

Mejor utilizar piedra autóctona

Sobre la paralización del proyecto de usar granito en el Oviedo antiguo

Manuel Gutiérrez Claverol

Manuel Gutiérrez Claverol

Patrimonio Cultural acaba de tumbar el proyecto del Ayuntamiento de peatonalizar algunas rúas del centro de la ciudad, en concreto el eje conformado por las calles Mendizábal, Ramón y Cajal y de los Pozos. El Consistorio ya había sacado a concurso la adjudicación de las obras que pretendían mejorar el aspecto urbanístico de este ámbito, pero ahora quedan en suspenso dadas las condiciones formuladas por un informe técnico, desaconsejando el granito gris para las zonas peatonales y recomendando, entre otras cosas, utilizar caliza rosada en la zona peatonal, para mantener la unidad expositiva del entorno.

Varias cosas a decir al respecto. Seguramente la caliza rosada a la que se refiere el informe es la denominada «Caliza Griotte» (en términos académicos «Formación Alba») del Carbonífero Inferior, conocida comercialmente como «Rojo Covadonga», por ser corriente en el Real Sitio –donde existe una antigua cantera– y distinguir la Basílica. Es una roca usada con prodigalidad en la zona centro-oriental dada su óptima valoración estética, constituyendo el nivel guía estratigráfico más característico de la región. Ejemplos de su aprovechamiento en Oviedo son, entre otros, el empedrado de las plazas de la Catedral o de la Corrada del Obispo, la acera (pedrera) del edificio histórico de la Universidad, soportales del Fontán, Tránsito de Santa Bárbara, al igual que los sillares de algunas iglesias relevantes (Santo Adriano de Tuñón, San Pedro de Nora, San Pedro de los Arcos o San Juan el Real, en este caso combinada con calizas grises devónicas).

Además de la susodicha piedra roja, probablemente la roca de construcción más característica de Asturias, en las calles y plazas carbayonas se han empleado adoquines o losas de otros tipos de carbonatos.

Uno divulgado como «rojo Alicante», se trata de una caliza rojiza de grano fino, con veteado irregular de calcita blanca y abundantes conchas de fósiles bivalvos, que se extrae en canteras alicantinas de La Romana y Monóvar; sus losas lucen en varios lugares: calles Jesús, Juan Botas Roldán, Magdalena y Peso, o plazas de la Escandalera, Riego, Longoria Carbajal, Daoíz y Velarde, San Juan, San Vicente, etcétera.

Otro tipo de caliza usual proviene de Usúrbil (Guipúzcoa) y presenta coloración gris oscura o parda; se reparte por las calles Fierro, Gascona, Matemático Pedrayes y las plazas del Fresno, Ferroviarios, Juan XXIII, Porlier, etcétera.

Por último, se encuentran petrologías graníticas de diversas tipologías y orígenes repartidas por doquier y, asimismo, de origen foráneo. El granito «Gris Quintana», de grano fino a medio, es explotado en Quintana de la Serena (Badajoz) y se aplicó en Milicias Nacionales, Posada Herrera, así como en las explanadas de Longoria Carbajal y del Paraguas. El granito «Gris Alba» es el más introducido en el llamado «Oviedo redondo», de tonalidad gris claro a parda y rico en moscovita se trae de La Cañiza (Pontevedra); se puede observar en las calzadas de Carpio, Cimadevilla, La Rúa, Mon, Oscura, San Antonio y Santa Ana. El tercer tipo de granito, «Rojo Sayago», mayormente rojizo o gris, es rico en feldespatos de grano grueso y se beneficia en Bermillo de Sayago (Zamora); lo muestra la calle Schulz y las plazas de la Constitución, Fresno y el lateral norte de Porlier (en proximidad al eje que se quiere urbanizar). Existe aún otro tipo de granito, «Eagle Red», proveniente de Finlandia que, por su gran belleza, señorea las aceras de la calle de Uría.

Para finalizar, señalar que es habitual en los países con sensibilidad urbanística utilizar en las aceras, calzadas o como sillares para los edificios más emblemáticos materiales pétreos no alóctonos, o sea extraídos en el entorno de las poblaciones, como acontece aquí en Oviedo con las calizas del Cretácico que sirvieron para construir la Catedral y los palacios nobles que personalizan la ciudad y la distinguen, por ejemplo, de Gijón o Avilés.

Suscríbete para seguir leyendo