Opinión | MI GRAN NOCHE
Oviedo, una ciudad para comérsela a bocados
Vive Oviedo inmersa estos días en las tradicionales Fiestas de San Mateo con un amplísimo programa dirigido a todo tipo de público y para todos los gustos. Asistí el viernes 13 a la lectura del pregón a cargo de la científica Rosa María Menéndez quien defendió que debemos aportar cada uno lo mejor de nosotros mismos para que la capital sea abierta, inclusiva, diversa y también sea guardiana de su esencia.

Oviedo, una ciudad para comérsela a bocados
Sus palabras, atinadas y certeras, me dejaron un gran sabor de boca especialmente cuando afirmó que "mi gran familia ovetense incluye a comerciantes, me gustan las tiendas de proximidad, hosteleros y a mis vecinos. Todos ellos contribuyen a que en Oviedo me sienta a gusto, me sienta en casa". Me sentí aludido y dichoso porque siempre he defendido que nosotros, los pequeños comercios, somos un motor esencial para el crecimiento y desarrollo de una ciudad.
De vuelta a casa me llegó un aviso al teléfono móvil felicitándome por ser protagonista de uno de los grandes mupis colocados en lugares estratégicos y visibles de Oviedo. "Enhorabuena, Ramiro", decía el texto acompañado de una fotografía tomada desde la calle de mi siempre recordado Pepe Cosmen en la que se lee el anuncio de uno de esos soportes publicitarios "Ramiro es capaz de comerse uno entero", junto a la imagen de un cachopo, el lema "Oviedo Capital Española de la Gastronomía 2024", los ingredientes del plato, las cantidades "XXL" y para cerrar "contundente y delicioso".
Me volví a sentir aludido. No creo que la mención sea para mí pero como decimos aquí, me prestó. Oviedo cocina que conquista. Y es cierto. La ciudad tal vez está viviendo el mejor momento gastronómico de su historia. Restaurantes cuidados y con una oferta excelente, bares modernos y con un servicio profesional impecable y cada vez más excusas para atraer a potenciales visitantes. El menú del Antroxu en Carnaval, los Bocados del cofrade en Semana Santa, La Ascensión, ese homenaje de la ciudad al campo, El Desarme, la fiesta gastronómica más antigua de España y de la que soy orgulloso cofrade, y estos días el Menú del Indianu, que alcanza su segunda edición impulsado por la asociación Asturias con Sabor en colaboración con el Ayuntamiento y en el que participan medio centenar de restaurantes de Oviedo. Casi nada.
No puedo dejar sin citar el acierto de convertir la calle Gascona en El bulevar de la sidra, atracción turística de primer nivel cuya popularidad no para de crecer y que la sitúa ya entre las vías y plazas más famosas del país, a la altura de Ponzano, en Madrid, El Tubo, en Zaragoza, La Laurel, en Logroño, o Van Dyck, en Salamanca. Tampoco la Ruta de los Vinos, con una oferta amplia para cubrir cualquier apetencia, el Oviedo Antiguo, siempre un hervidero, y ahora la zona del Vasco, cuyo apartado gastronómico ha aterrizado con una excelente acogida.
Con todos estos ingredientes, no es de extrañar que Oviedo haya sido elegida este año Capital Española de la Gastronomía. Y es que lo tenemos todo. La ciudad está para comérsela a bocados.
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