Opinión | Con vistas al Naranco

Medio siglo de la mayor ignominia española

Los Acuerdos Tripartitos sobre el Sáhara Occidental arrastran nulidad de pleno derecho

Anteayer, jueves 14 de Noviembre, cumplió 49 años la mayor ignominia española de los últimos tiempos, a la altura antes de Utrech / Gibraltar-Menorca, la enajenación por Los Acuerdos de Madrid del Sáhara Occidental a Marruecos y Mauritania, cuyas heridas aún se sufren. Eran los últimos días de Francisco Franco. Su primer ministro, Carlos Arias Navarro, desoyendo al Tribunal Internacional de Justicia, que él mismo había requerido, procedió a la traición al pueblo saharaui, condenado a ocupación ilegal y al exilio que avergüenza la Democracia Española. Lo mejor, y enseguida, se ha escrito en torno a la cátedra ovetense de González Campos, del que es heredera Paz Andrés. Los Acuerdos Tripartitos arrastran nulidad de pleno derecho. Lástima haya de recordarse, pero es obligación moral. Arias procedió torticeramente, evitando al propio Franco, Jefe del Estado. Tampoco lo supieron los diplomáticos y militares que se ocupaban de esa cuestión, -salvo los ministros Cortina, todavía embajador en París, y Solís, del Movimiento y luego de Trabajo-, Marcelino Oreja, subsecretario de Información y Turismo y después Ministro de Asuntos Exteriores, General Gómez de Salazar, Coronel Rodríguez de Viguri, los subdirectores Pedro Lópezaguirrebengoa y Emilio Cassinello... se negaban a la antijurídica maniobra desde dentro del gabinete. El embajador argelino, Mohammed Jelladi, recibió soplo cuyo verismo y alcance no supo interpretar. Cinco días después, pasadas tres horas del óbito de Franco, se introduciría en el Boletín Oficial del Estado (BOE) una Ley de seudodescolonización ad hoc. Marcelino Arbesú y yo la recurrimos en contrafuero utilizando las entonces vigentes Leyes Fundamentales. A no olvidar la narcisista inmutabilidad del Movimiento

El casi medio siglo de constante ocupación ilegal de territorio sujeto a descolonización no remedia lo que es nulo de pleno derecho.

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