Opinión | Crítica / música clásica

"El Mesías" de las dos caras

Desiguales resultados artísticos en la antesala sinfónico-coral ovetense de la Navidad

Concierto de Navidad de la Fundación Princesa de Asturias

Intérpretes: Pilar Alva Martín (soprano), Arnaud Gluck (contratenor), Alberto Palacios (tenor) y Christoph Filler (barítono). Coro de la Fundación Princesa de Asturias y OSPA.

Director: Martín Baeza-Rubio

Programa: «El Mesías», de G. F. Haendel

Auditorio Príncipe Felipe; viernes, 20 de diciembre, a las 20.00 horas

El tradicional Concierto de Navidad de la Fundación Princesa de Asturias ha sido siempre uno de los eventos musicales de mayor renombre en la ciudad de Oviedo. No obstante, durante los últimos años el valor y la calidad artística de la cita han ido perdiendo, gradualmente, peso e importancia en detrimento de otros aspectos como el social, evidenciado en un patio de butacas colmado de autoridades –que no se dejan ver en otros recitales a lo largo de la temporada–, en cierta relajación en la puntualidad o en la conveniente prevención –a través de la megafonía– para no aplaudir entre los números del oratorio haendeliano. En esta ocasión, el encargado de comandar la velada era el director Martín Baeza-Rubio, quien mostró una curiosa polaridad en el manejo del tempo.

Los tempi empleados en la primera parte son difícilmente justificables, resultando una versión exánime y soporífera que asfixió a los solistas y sembró la duda entre los músicos de la OSPA: calderones desmesurados y números excesivamente lentos que lastraban las intervenciones corales y las agilidades del cuarteto encabezado por Pilar Alva Martín. La soprano, con una voz esmaltada y poderosa, entendió lo que requería cada pieza, tirando del director (por ejemplo, en "Rejoice greatly") y recreándose acertadamente en unos pianísimos muy sugerentes e impolutos en afinación durante el "I know that my Redeemer liveth". Arnaud Gluck (contratenor), con cierto dramatismo en sus números, sacó todo el partido posible a su voz, articulando las coloraturas con propiedad y sin sufrir para superar a los efectivos de la OSPA, demostrando el carácter oportuno en "He was despised".

También cumplieron, aunque con más dificultades, el tenor Alberto Palacios y el barítono Christoph Filler. El primero, de timbre algo plano, mostró cierta tosquedad en los recitativos, aunque solventaría con bastante aplomo su aria inicial "Ev’ry valley shall be exalted", resolviendo las coloraturas adecuadamente. Por su parte, Filler, en ausencia de unos graves convincentes, hizo gala de un amplio registro central. Ambos fueron, sin duda, los más beneficiados por el cambio que se produjo en la segunda parte.

No resulta sencillo insuflar vida a las melodías con un tempo tan mortecino, pero el coro de la Fundación Princesa de Asturias lo consiguió por momentos. "El Mesías" es una partitura que constituye el ADN coral de los pupilos de José Esteban García Miranda y ello se plasmó en una flexibilidad admirable para amoldarse a la batuta del maestro albaceteño. Equilibrados y bien balanceados, superaron las agilidades (en un meritorio "For unto us a Child is born") y lucieron unas voces agudas con brillo en "And He shall purify". Tras la pausa, Baeza-Rubio decidió, de forma impredecible, revertir la situación, acelerando el pulso de los números, comenzando por el "Behold the Lamb of God", una pieza pausada donde el maestro manchego impuso una marcha cuartelera que marcaría la tónica imperante durante la segunda mitad. A pesar de estos cambios, el coro dejó su impronta en un espléndido "Hallelujah", demostrando su poderío y la buena dicción en "The Lord gave the word" y en un velocísimo "Let us break their bonds asunder".

La OSPA, con muchas caras nuevas -ante la división de la plantilla entre la ópera y esta cita musical-, tuvo momentos de lucidez, como en "The trumpet shall sound" (mención especial para Maarten van Weverwijk) si bien, en líneas generales, los músicos estuvieron faltos de precisión, con entradas resbaladizas y ligeros desajustes en alguno de los números. Luces y sombras en un Mesías de dos caras.

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