Opinión | Nuevos pliegos de cordel

CARMEN RUIZ TILVE

Ni luces de colores ni guirnaldas de luz

El año se acaba y es tiempo de reflexionar, recopilando todo lo que durante estos doce meses pudo ir mejor. Porque hemos de reconocer que en nuestras pequeñas y grandes decisiones de cada día cambiamos nuestra vida y las de los demás.

Carbayo siempre ha sido una ciudad comercialmente muy vital. Toda la provincia recalaba en sus tiendas para comprar, por necesidad y por placer, y eran reclamo para forasteros por su encanto y personalidad. Más en tiempos de regalos y caprichos como es la Navidad.

Por eso da dolor pasear por las calles y la memoria personal repasando un rosario interminable de ausencias, de las que casi a diario nos da cuenta la prensa, con semblanzas de generaciones que se acaban sin continuidad.

Poner cara e historia a quien atiende al otro lado del mostrador es un regalo que solo nos mereceremos si sabemos ser fieles a la tradición local. Sumemos este compromiso a nuestra lista de buenos propósitos para el Nuevo Año, empezando por el mismo día 1, a tiempo de cargar las alforjas de los Reyes que tienen puesto en Carbayo su destino.

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