Opinión
Un psiquiatra que era más que eso
Ha emprendido el viaje a mejores horizontes el psiquiatra, escritor e intelectual José Luis Mediavilla. Era una fuente de conocimientos ambulante, ya que resultaba frecuente encontrarlo (y pararse a charlar un rato) dando paseos por el Oviedo de su adopción.
Se formó en Barcelona con Ramón Sarró, quien había sido a su vez discípulo de Freud. Pertenecía a una generación caracterizada por su acervo cultural, además del psiquiátrico.
Junto con José Luis me vienen al recuerdo tantos psiquiatras con profundo interés intelectual: Piqueras, con quien coincidía con frecuencia en las librerías; Aurelio Martínez, con similares afinidades literarias; Pedro Quirós Corujo, con su mesa siempre repleta de papeles... Y otros muchos de quienes he aprendido a valorar al ser humano que yace debajo de una enfermedad mental: José Rodríguez Reyes (Pipo), que poseía un instinto clínico extraordinario; Gabriel Martínez Sierra, una enciclopedia de la psiquiatría; José Estévez Bravo, con una curiosidad científica inagotable; Ramón Medio... Podría citar otros muchos que han trabajado casi hasta el final de sus días y que constituyen la expresión de la frecuente dualidad de los psiquiatras como intelectuales en diversos campos humanísticos.
Y es que José Luis Mediavilla participaba de forma activa en todas o casi todas las reuniones científicas e intelectuales de la psiquiatría asturiana. Era frecuente su intervención –hasta tiempos muy recientes– en los distintos foros para recriminarnos, a los que profesamos una fe biologicista, que ésta es una fe limitada y reduccionista (y tenía razón: la perspectiva biológica actualmente en boga se ocupa solo de una parte de la naturaleza del ser humano, que es un ser viviente con características biológicas, psicológicas, sociales y espirituales). Sus críticas siempre eran constructivas y dirigidas a los contenidos, y nunca a los que postulábamos una u otra teoría. En suma, eran respetuosas y, por lo tanto, profundas y razonadas. Porque otra característica de Mediavilla era su enorme inteligencia emocional y su educación y respeto por las opiniones de todos.
En suma, se nos ha ido un gigante intelectual que nos deja un enorme vacío, difícil de rellenar, con el único consuelo de la relectura de sus numerosos, cultos y divertidos libros. Le echaremos de menos en las reuniones científicas, pero esperamos vernos algún día en el mas allá para poder seguir debatiendo sobre la compleja naturaleza humana, que le hace susceptible de padecer enfermedades mentales, lo que es un rasgo específicamente humano. Descanse en paz. n
Suscríbete para seguir leyendo
- Atropello en Oviedo: el conductor que arrolló a tres menores de edad tras subirse a la acera da negativo en el control de alcoholemia
- Hallazgo medieval por una obra en una calle de Oviedo: esto es lo que se han encontrado
- Hablan los testigos del atropello a tres menores de edad cuando iban al instituto en Oviedo: 'Fue una escena dantesca, pensé que había habido una masacre
- El estreno del fotorrojo de San Lázaro: estas son las multas que ha puesto en menos de 24 horas
- Este es el tanque fabricado en Trubia que ya está desplegando el Ejército británico
- Los compañeros y profesores de las heridas en el atropello múltiple de Oviedo, en shock
- El tráfico en La Corredoria será reordenado para evitar rodeos: estos son los cambios (para alegría de los vecinos)
- Esperemos no encontrarnos en el nuevo IES de La Corredoria con las mismas deficiencias que en el de La Florida', afirma el sindicato ANPE