Opinión
El sentido de la política
Oviedo sufre las consecuencias de una gestión municipal que dista mucho de estar a la altura
Va cogiendo carrerilla el año y la política municipal, la que nos ocupa y preocupa, sigue con la intensidad habitual.
Los últimos compases de 2024 me hicieron reflexionar acerca del sentido de la política. Sobre si lo que ofrecemos a la ciudadanía es lo que espera y desea. El año acabó con una dinámica epistolar, temo que un tanto estéril. El habitual "y tú más" no responde a nada ni satisface a nadie. Vine a la política con el único afán de servir; en ningún caso a insultar a nadie y, por supuesto, tampoco a ser insultado y menospreciado, tarea en la que se empeña con fruición alguna pluma tóxica que, al amparo de las cómodas sombras de la consistorial, vierte su veneno, sin la menor gracia ni estilo literario, sobre concejales de este grupo municipal cuyo único delito es no dar la razón al Alcalde y a su equipo en muchas decisiones que consideramos, desde nuestra legitimidad y respeto, equivocadas; el "o estás conmigo o estás contra mí" es totalmente inaceptable en una institución democrática.
En esta reflexión personal que me permito compartir con ustedes tal vez, ingenuamente, pensaba que buena parte del ejercicio político se sustenta en el debate. En la confrontación de ideas, de proyectos para nuestro concejo, intercambio de argumentos… pero sin que sea preciso ni necesario caer en el insulto y en el burdo intento del menoscabo personal del adversario. Eso define a quien lo escribe. Y a quien lo ampara.
La política es algo muy digno que merece todos nuestros esfuerzos para saber discernir entre el necesario y deseable debate público y las afrentas y descalificaciones personales, como sucedió después del pleno extraordinario que convocamos el 28 de octubre para debatir sobre la situación del municipio. Finalizado el pleno, tras no intervenir en él en ningún momento, el Alcalde convocó a los periodistas para pasar 26 minutos insultándome. Haciendo gala de un nulo talante democrático y faltando al respeto, no solo a los miles de ovetenses que nos votaron, sino a sus propios votantes. El debate enriquece; las palmadas en la espalda, de las que algunos gustan, debilitan. Debatir es la esencia de la democracia: contraponer modelos e ideas. Ese día, como ahora, había mucho que discutir. En los últimos años, Oviedo ha sufrido las consecuencias de una gestión municipal que dista mucho, a nuestro juicio, de estar a la altura de las necesidades y aspiraciones de la ciudad. La mala planificación del actual equipo de gobierno ha costado a Oviedo casi 20 millones de euros solo en el último año; lo hemos explicado en varias ocasiones, ayudas que podrían haber sido clave para el desarrollo de proyectos transformadores.
En unos meses cruzaremos el ecuador del mandato. Podemos seguir en la confrontación o buscar puntos de encuentro en beneficio de la ciudadanía. Y digo diálogo, sí. Pero, en ese sano ejercicio, que nadie espere que claudiquemos en nuestros principios. En nuestra legítima tarea de fiscalización y crítica. Se podrá seguir menospreciando al grupo municipal socialista y a este portavoz. Podrán continuar con sus eslóganes baratos, tan burdos como falsos, del "frente del no" o ese, tan estúpido como increíble, de que estamos contra Oviedo; nuestro compromiso seguirá, inquebrantable, con la ciudadanía ovetense.
Desde el PSOE seguiremos proponiendo soluciones realistas y equilibradas para los problemas de nuestro municipio. Seguiremos creyendo –como creo a pesar de todo– que la política es una herramienta fundamental para mejorar la calidad de vida de la ciudadanía. Es lo que espera de nosotros.
Oviedo necesita liderazgo, visión y una gestión basada en el consenso, el respeto institucional y democrático y la transparencia. El futuro de la ciudad no puede quedar hipotecado por promesas incumplidas, despilfarros, oportunidades perdidas o subordinado a intereses particulares frente al bien común. Es hora de que Oviedo recupere su protagonismo como un concejo moderno, inclusivo y preparado para el futuro, donde la ciudadanía sea la verdadera protagonista del cambio. El PSOE está comprometido con este objetivo, ofreciendo propuestas concretas y un modelo de ciudad que prioriza el bienestar de las personas y el desarrollo sostenible. Y lo que no nos guste lo diremos: es nuestra responsabilidad. Eso es la política, trabajar por el bien común.
Seguiré trabajando con la misma ilusión lo que resta de mandato. Buscaré tantos puntos de encuentro como sea posible. Pero no me someteré a ningún otro interés que no sea la defensa de Oviedo.
Oviedo está por encima de todo. Así lo creo.
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