Opinión

La unión hace la fuerza

El concierto participativo de la sinfónica regional

Ficha del concierto

  • «OSPA participativa» 
  • Intérpretes: OSPA, coro del Consmupa, agrupación coral de Nava, coro Arsis y coro joven de la escuela de música de Divertimento. Director: Jorge Yagüe Programa: Obras de G. Verdi, R. Wagner, P. Mascagni, R. Chapí, A. Vives, F. Chueca, F. Moreno Torroba, R. Soutullo y J. Vert y T. Bretón.
  • Auditorio Príncipe Felipe, viernes, 20.00 horas

Asturias ha sido siempre una de las regiones corales de España por excelencia. Sin embargo, en los últimos años, las agrupaciones dedicadas a estos menesteres han sufrido diversos avatares que han deteriorado este tejido social y musical. Por ello, iniciativas como la propuesta "OSPA participativa", que ha llevado a cabo la sinfónica asturiana, son necesarias hoy en día, máxime contando con maestros tan reconocidos como Elena Rosso.

La velada, estructurada en dos partes donde se interpretó repertorio de ópera y zarzuela, dejó también grandes sensaciones en la figura del joven director Jorge Yagüe. El maestro emergente comandó con mucha inteligencia a la OSPA, extrayendo un sonido muy interesante de la orquesta, mostrando versiones muy correctas de las oberturas de "La forza del destino" (Verdi) y "Die Meistersinger von Nürnberg" (Wagner). Sí es cierto que la disposición de los metales y la percusión (por cuestiones espaciales) enturbió, por momentos, el equilibrio impuesto por Yagüe, pero en líneas generales los músicos exhibieron una gran versión. Así se evidenció en el "Intermezzo" de "Cavalleria rusticana" (Mascagni), con un tratamiento delicado y muy acertado desde el pódium, igual que en la "danza bohemia" de "Carmen" (Bizet), con unas flautas sobresalientes y unas dinámicas y cambios de intensidad hábilmente ejecutados.

El coro ofreció un trabajo muy digno. A pesar de su juventud, los componentes, se mostraron seguros, con un sonido bastante compacto donde sobresalieron unos agudos bien timbrados en "Treulich geführt" (Wagner) y en "Gli aranci olezzano" (Mascagni), con unas voces graves de cierto peso y una proyección adecuada.

La segunda mitad ofrecía algunas de las páginas más célebres del género lírico nacional. El preludio de "La revoltosa" (Chapí) se inició con una lenta invocación de los metales, algo que no fue obstáculo para ofrecer, posteriormente, una versión plena, precisa, con un gran manejo de las melodías por parte de las maderas y con unos ralentandos desde el pódium que no desajustaron, en ningún momento, a la orquesta y añadieron atractivo y relieve a la interpretación. Caso opuesto al preludio de "La verbena de La Paloma" (Bretón) donde el comienzo sí fue algo apresurado pero, tras los compases iniciales, la ejecución adoleció de mayor vitalidad. Mucho más colorista la versión del preludio de "El bateo", con fluidez y un volumen algo desbocado en sus pasajes finales. La interpretación del intermedio de "La leyenda del beso" (Soutullo y Vert) fue vibrante, con una orquesta de timbre brillante y una hábil dirección que permitió a los músicos (mención especial al solo de Ziervogel) recrearse en el lirismo de esta célebre página.

El coro también pareció más cómodo en este repertorio. Notable el chotis de "La chulapona" (Moreno Torroba) y excelente el coro de románticos de "Doña Francisquita" (Vives), sin duda uno de los más bellos de la historia de la zarzuela donde las voces lucieron oportunamente empastadas y bien balanceadas. Las festivas seguidillas de "La verbena de La Paloma" –con palmas incluidas y el gracejo madrileño en el coro ya exhibido en el chotis– fueron el broche de oro a una velada con buenos resultados artísticos que deja un director interesante y una propuesta para mantener durante las próximas temporadas.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents