Opinión | Con vistas al naranco

De un vídeo justiciero

Los ancianos y la pandemia

La presidenta madrileña y su impune jefe de gabinete se han desmelenado por un vídeo televisivo que no he visto pero que la mera participación o aval del magistrado Martín Pallín (¡olé su libro sobre el gobierno de las togas!) me da que está superbién encarrilado. Lo sucedido con el ya famoso protocolo de derivación de enfermos añosos, o mejor, de la no derivación, me llega muy hondo, no por supuesto por los míos muy míos, sino por una allegada colateral, la madre de un cuñado, asesinada por la concurrencia del covid y de doña Isabel Díaz Ayuso. A esa gran mujer muerta solo tuve una ocasión de tratarla directamente. Fue una fría mañana del invierno 1972/73. Ella había pasado la noche en tren para asistir al locutorio de la cárcel, llamada "modelo", de Oviedo para saludar a su hijo detrás del cristal de las visitas. Me cupo la obligación de contrapariente y abogado de comunicarle que el Magistrado-Juez núm. 2 del Tribunal de Orden Público, Mariscal de Gante, le negaba de momento la libertad provisional por los delitos (sic) de asociación ilícita y propaganda ilegal. Ha pasado más de medio siglo pero no olvidaré jamás la palidez y entereza de aquella mujer que vi unos intensos segundos, quizá minutos, a la que mi querida hermana esperaba sin perder la vez en una cola para ser registrados muda y alimentos que llevaba a mi querido cuñado.

Ahora Isabel Díaz Ayuso y Miguel Ángel Rodríguez se quejan de que se los acuse de la muerte de los ancianos y ancianas del covid madrileño. Fueron varios miles; a mí me cupo solamente conocer a una de ellas, de una dignidad memorable para mí a la que me gustaría se hiciese justicia. A nivel bajo, muy elemental, creo que el documental avalado por Martín Pallín se le hace apenas un poco, no quizá todo lo que se merecería, pero un poco sí; eso creo.

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