Opinión

Nunca mueras

La inmortalidad es el gran atributo de los rockeros, todavía más, cuando llegan a apurar la copa hasta el final, superado el tiempo de caducidad de esta forma de estar en el mundo. Tú lo conseguiste con creces, y por eso ahora te imagino presente, camino de San Francisco, con alguna flor, al menos, en el pelo. Allí donde haya un concierto, un escenario, sé que te podré volver a encontrar. Nos acodaremos al final de la barra y volveremos a hacer sonar el hielo en los vasos mientras aplaudes y censuras a los músicos con esa forma de hablar tan tuya, a veces difícil de entender en su literalidad pero imposible de no reconocer.

La pena es que no vas a poder grabar desde tan lejos los anuncios de la radio ni el Scanner al penúltimo grupo de turno. ¡Ay, virrey! No te voy a decir que te cuides mucho. Sé que mantendrás la urgencia, la rabia y el exceso, que tendrás cerca un altar con sus satánicas majestades y que la guitarra de Hendrix no dejará de sonar en tus sueños, allí donde viven las mujeres eléctricas, protegido por los ángeles del amor. Brindo por ello, virrey. Nos vemos, dale.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents