Un gran recuerdo

Los suyos, los que estuvieron a su lado bien trabajando o aprendiendo, sus muchos amigos, sobre todo esa gran familia, con su esposa Conchita, aunque un poco tarde, quiero dejar unas líneas de lo que fue para muchísimas personas el Ilmo. Sr. D. César Álvarez de Linera, a quien llegué a conocer personalmente hace unos 60 años, viviendo en su casa de la calle Campoamor.

El llegar a conocerle fue gracias a su esposa Conchita Prado, hija del también popular don Juan Prado, amigo de mi padre. Por circunstancias que no vienen al caso yo frecuentaba el inmueble donde vivía toda la familia originalmente de los Prado. Mirando hacia atrás, en aquel antiguo edificio, un hermano de Conchita, Manolo, tuvo una innovadora industria que, creo recordar, tituló bajo el nombre de MAPRA.

El cruzarme con el matrimonio César y Conchita era frecuente y el hablar, aunque solo fuera del tiempo, fue lo más normal durante muchos años, hasta mi venida para Madrid. Hoy recuerdan sus amigos y compañeros de profesión todo ese recorrido profesional de César y yo, ajeno a su vocación de ilustre letrado, si recuerdo que siendo mi hermano presidente del Tribunal Tutelar de Menores, César lo sustituye, puesto que debe de ser un magistrado quien debe ostentar dicho cargo.

Hoy y aquí, quiero enviar mi pésame más profundo a Conchita, por ese cariño que tuvo con nuestra familia, tal y como lo hizo César, que extiendo a esa gran familia. Un fuerte abrazo.

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