Opinión

Franco, Franco, Franco, un ejercicio de crítica filosófica

Sobre los XXXI Encuentros de la Fundación Gustavo Bueno

En un intenso fin de semana con la participación de medio centenar de filósofos, juristas e historiadores llegados de toda España se debatió acerca del régimen franquista dentro de las celebraciones oficiales que conmemoran el próximo cincuentenario de la muerte de Franco. Con un léxico directo, fluido y cargado de referencias hacia el profesor Gustavo Bueno, se ha hablado sobre las dictaduras y restauraciones en general y concretando el caso español desde las perspectivas histórica y jurídica, así como los problemas filosóficos derivados de contraponer las transformaciones de las sociedades políticas a las restauraciones de las mismas. Otros temas tratados en esta cita filosófica fueron los relativos a las distintas relaciones del régimen franquista con sectores como la iglesia católica, las mujeres o los trabajadores, entre otras cuestiones. Para los ponentes, este congreso resultó valiente y oportuno, ya que hasta la fecha era un tema cuasi prohibido, tabú y maldito "con una demonización de la figura de Franco para apropiarse de ese rechazo".

En palabras de Marcelino Suárez Ardura, geógrafo y estudioso de la obra de Gustavo Bueno, "estos encuentros constituyen un ejercicio de la crítica filosófica desde las coordenadas del materialismo filosófico. En este sentido, no se trata de asumir posturas franquistas ni antifranquistas sino de analizar las mismas envolturas ideológicas y nematológicas que rodean a las posiciones anti y pro. Sólo una crítica desprejuiciada como la que se ejercita desde el materialismo filosófico es capaz de realizar una reflexión de segundo grado como la que se está llevando a cabo en estos encuentros. Se aplica la norma de Gustavo Bueno, según la cual pensar es pensar contra alguien, puesto que tanto franquistas como antifranquistas giran alrededor de los mismos asuntos (contraria sunt eadem)".

Con idéntica reflexión y pensamiento crítico a la denominada derecha socialista, se refirió Tomás García López, discípulo afecto de Gustavo Bueno a la larga gobernanza del régimen, señalando que "el Franquismo fue muy racional y supo adaptarse al momento histórico, de ahí esos 40 años de gobierno". Precisamente y en plan anecdótico, Tomás, que durante años militó en el Partido Comunista de España (PCE) y tras una lucha interna en sus planteamientos político/ filosóficos y con el desmoronamiento de la Unión Soviética, abandonó a los comunistas. Este momento se lo comentó a Gustavo Bueno y el profesor con estilo y sorna filosófica le dijo: "observo que por fin ha asentado usted la cabeza".

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