Opinión

El inmovilismo del PSOE frente a un Oviedo que avanza

Por una movilidad sostenible sin radicalismos que disuadan al visitante

Todo cambia, todo avanza, incluso se transforma (Lavoisier). Las personas, las sociedades, los hábitos, las costumbres, los espacios rurales, las ciudades. Todo salvo el PSOE de Oviedo, que, empeñado en replicar una y otra vez sus errores históricos, permanece anclado a unos prejuicios ideológicos atávicos que le impiden conectar con una ciudadanía ovetense cuya idiosincrasia desprecian.

Y es precisamente ese ensimismamiento dogmático, unido a una contumaz miopía política, lo que explica que hayan perdido todo atisbo de centralidad, oponiéndose de manera sistemática a cuantos proyectos estratégicos están llamados a definir el futuro de esta capital: la recuperación de la fábrica de armas de la Vega (si votaron a favor del convenio fue tan solo por imposición expresa de sus "mayores" de la FSA); de la fábrica de Gas (avergüenza su exultante satisfacción ante lo que creen constituye un obstáculo insalvable para su desarrollo, el informe de la Comisión de Patrimonio del Principado); del antiguo centro comercial del Calatrava (negando a los vecinos del Cristo-Buenavista un atisbo de ilusión con la revitalización de su barrio); del palacio de los Deportes (hasta en cuatro ocasiones trataron de paralizar las obras de rehabilitación ya concluidas); de la nueva entrada a Oviedo a través de la A-63 (supongo que les resultará difícil digerir el rotundo éxito de esta actuación); de la Ronda Norte (pese a que la propuesta municipal garantiza la salvaguarda integral del Monte Naranco y sus espacios aledaños) o la implantación de la Universidad Alfonso X (frente a la que llegaron a proponer al pleno una moción "ad cautelam" que fue afortunadamente rechazada).

Su postura en una materia tan determinante como la planificación de la movilidad, no podía, pues, ser muy distinta, y así basan toda su apuesta política en desterrar por completo el uso de los vehículos particulares de las calles, bien prohibiéndolos, bien limitándolos a aparcamientos situados en los extrarradios y que a buen seguro, cumplirían con eficacia su finalidad primigenia, "disuadiendo" a cualquier visitante de acercarse a nuestra ciudad.

Frente a ese radicalismo intransigente está el modelo que partiendo de la firme convicción de que debemos apostar por una movilidad mas sostenible, entiende que es necesario atender también a los intereses de vecinos, comerciantes, profesionales, etc.

Y ello se consigue impulsando, como venimos haciendo desde 2019, una transición "amable" desde un uso intensivo del vehículo privado a otros medios de desplazamiento menos contaminantes y, por tanto, más respetuosos con el medio ambiente, apostando siempre por la divulgación y la concienciación, en lugar de hacerlo por las restricciones o prohibiciones.

Así, hemos sido pioneros en la implantación de medidas que han situado a Oviedo a la vanguardia de esa forma racional de entender la nueva movilidad, bonificando el 100% de la tasa de estacionamiento regulado para vehículos cero emisiones; concesionando 40 puntos dobles de recarga distribuidos de manera equitativa por todo el municipio, incluyendo zona rural; impulsando de la mano de la empresa concesionaria TUA la completa electrificación (69 autobuses) de la flota de transporte público de la ciudad, con sus respectivas electrolineras ya en funcionamiento; instalando un servicio de alquiler de patinetes (con uno de los ratios de uso diario por elemento más altos del país) y bicicletas eléctricas o conformando una zona de bajas emisiones (ZBE) no ideológica en la que aquellos que cuenten con menos recursos, no vean incrementada la posibilidad de ser sancionados.

Y dentro de esa visión amplia que se preocupa por el medio ambiente pero que al mismo tiempo pretende no lastar el dinamismo y desarrollo económico de nuestra querida urbe, resulta plenamente compatible poner en marcha ese ámbito de circulación restringido, con el diseño de modernos estacionamientos que presten servicios en dos zonas de especial significado tanto comercial como turístico, el parquing de la Escandalera, completamente actualizado y que contará con una mirada muy intensa hacia los más modernos modelos de electrificación, y el nuevo parquing de Santo Domingo, respecto del que cabe hacer dos consideraciones previas que por obvias resultan casi sonrojantes: la primera es que su viabilidad técnica derivará del estudio geotécnico que hemos encargado, si no es posible, no se hará; la segunda es que se trata de un estacionamiento subterráneo, no en superficie, y por tanto no tendrá la menor afectación a la zona verde que conforma el actual parque del Campillín.

Estacionamiento este último que pretende dar servicio tanto a vecinos como a visitantes, permitiendo al mismo tiempo abordar una reordenación de ese ámbito de manera que se salve la actual barrera existente entre el Casco Histórico y el ensanche de Santo Domingo, generando una nueva y atractiva puerta de entrada a la zona baja del Antiguo reduciendo viales rodados, ampliando aceras y resolviendo de manera mucho mas racional y eficiente su integración con el cercano colegio de los Padres Dominicos y las calles Postigo, Padre Suarez y San Pedro Mestallón.

El partido socialista y sus exiguos adláteres se han lanzado a criticar un proyecto que desconocen por completo. Resulta curioso que quienes se presentan sistemáticamente como progresistas, conforman en nuestra ciudad el frente más refractario a cualquier cambio, liderando un inexplicable inmovilismo que pretende enfrentar de manera constante lo viejo a lo nuevo, lo tradicional a lo novedoso, los residentes a los visitantes, cuando precisamente en esa diversidad reside el principal atractivo de las ciudades más estimulantes. Oviedo es así, pero el partido socialista continúa en su realidad paralela, de espaldas al Oviedo que construye su futuro.

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