Opinión

La belleza salvó el concierto

El Ensemble Ars Mundi culmina con brillantez la 119.ª temporada de la Sociedad Filarmónica de Oviedo

Tal y como afirmó el maestro Nasushkin momentos antes del concierto del pasado miércoles, "la belleza salvará al mundo". La cita, procedente de la novela "El idiota" (de Fiódor Dostoyevski), alude a una belleza en sentido amplio y profundo, con capacidad para inspirar y elevar el espíritu como, en ocasiones, sucede gracias al noble arte musical. Ninguna frase expresa mejor la filosofía del Ensemble Ars Mundi que, durante los últimos dieciséis años, ha desarrollado una importante trayectoria tanto dentro como fuera de la frontera asturiana. De esta forma, la agrupación –habitual en las temporadas de la Sociedad Filarmónica de Oviedo–, clausuró con brillantez el presente curso en la histórica entidad.

La belleza salvó el concierto

La belleza salvó el concierto

La versión para flautas del "concierto para cuatro violines en si menor" de Vivaldi fue todo un acierto gracias al universo sonoro que descubrió y al nivel de los flautistas. Lucía Fernández, Lucas Santos, Marta Vergara y Mencía Llera se mostraron muy precisos en la digitación y en la emisión del sonido, desplegando algunos pasajes de gran delicadeza en el movimiento lento, sin sufrir en los registros más incómodos ni en los compases de mayor exigencia técnica o velocidad.

El Ensemble, que se mantuvo en un segundo plano bien trabajado, emergió en el luminoso "Notturno para violín, cuerdas y arpa" (de Schönberg), exhibiendo un equilibrio extraordinario redondeado con la brillantez del solista, Nicolás Ferreras. Igualmente, el "Adagio para cuerdas" (Barber), alcanzó cotas muy altas de expresividad gracias al sugerente color del cuarteto que se recreó en el lirismo de la pieza, ajustando los fraseos y trazando, oportunamente, algunas dinámicas que aportaron una gran vitalidad.

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