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Opinión

Priorio y la planta de asfalto

Polémica medioambiental en el valle de Las Caldas

La instalación de una planta de asfalto y de hormigón en la antigua Ribera de Abajo va camino de convertirse en una larga guerra. Me pregunto, ¿qué hemos hecho para merecer esto?, ¿por qué el Ayuntamiento y el gobierno del Principado de Asturias. ante los argumentos cargados de sensatez y constatables, muestran una actitud indolente? El valle de Las Caldas sufre las consecuencias de la lluvia ácida que la circulación general del oeste nos trae desde Trubia dañando las cosechas de los pequeños huertos que aún perviven. ¿Se hace algo para preservar la salud de los vecinos y el medioambiente? No, porque sancionar con la cantidad máxima a quienes podrecen el aire por no usar filtros parece que no es una opción.

El gusto por acabar con este territorio del suroccidente del concejo de Oviedo tiene sus orígenes en el verano del año 1970. Aquellas valientes mujeres con sus hijos hicieron frente al intento de construir una planta de asfalto en la antigua cantera de Piñera y en su empeño contaron con el auxilio de la familia Navia-Osorio. Mucho se ha escrito sobre este asunto y, por lo que a mí concierne, he difundido en numerosas ocasiones la importancia de Puerto, Caces y Priorio como patrimonio natural y cultural. No lo pienso repetir, porque tanto la administración local como la autonómica lo conocen de sobra. Simplemente, he de recordarles que la planta de asfalto es incompatible con la preservación de la reserva natural parcial de la cueva de Las Caldas y con el mejor ejemplo de vida saludable representado en el hotel balneario de Las Caldas, el más antiguo de España que, más pronto que tarde, formará parte del itinerario de ciudades termales europeas.

El movimiento vecinal es digno de ser reconocido, pero desgraciadamente está solo. Me preocupa el silencio de las actividades relacionadas con la salud, hospedería, restauración. ¿Seguirá la Vuelta a España, el FC Barcelona y otros equipos de renombre optando por descansar en Las Caldas cuando sepan que su pituitaria va a disfrutar del elixir del alquitrán y derivados? El sector servicios va a verse seriamente afectado. ¿Quién está dispuesto a abrir la ventana de su habitación para aspirar un aire tóxico y contaminado? ¿Quién deseará compartir mantel y sobremesa en el Paseo de Pablo Iglesias de Las Caldas? ¿Quién optará por pasear a orillas del río Nalón, o practicar el golf en el campo de La Premaña? Los partidos con representación en el consistorio y en la Junta General del Principado de Asturias tienen que convocar un pleno para debatir este asunto, escuchar al vecindario y obrar en conciencia.

Los habitantes de estas tres parroquias tienen el derecho a vivir en un entorno salubre y a compartir con todos aquellos que nos visitan el disfrute del rico, variado e interesante patrimonio natural e histórico-artístico. Autorizar la puesta en funcionamiento de una planta de asfalto y hormigón es un desprecio hacia los residentes, una falta de respeto que debe tener consecuencias por contravenir con conocimiento de causa varios de los objetivos de desarrollo sostenible de Naciones Unidas. Espero y deseo no tener que consolarme con el rodaje de una película que lleve por título "Cenizas del cielo (II)" como respuesta a este despropósito.

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