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Mary-Claire King pone deberes a los estudiantes asturianos: investigar una cruel enfermedad cerebral...

La ganadora del premio “Princesa de Asturias” de Investigación 2025 responde las preguntas de 500 escolares y elogia sus "inspiradores" dibujos en la Fábrica de La Vega

Pablo Álvarez

Pablo Álvarez

Oviedo

La ganadora del premio “Princesa de Asturias” de Investigación 2025, la genetista Mary-Claire King, puso esta mañana deberes a los escolares asturianos en su papel de científicos del futuro: “Lo que más va a marcar el futuro es entender el cerebro, el órgano más complejo".

Y precisó su propuesta: "Quizá uno de vosotros sea quien pueda resolver el problema de la esquizofrenia, como yo resolví el cáncer de mama”, señaló la profesora King en respuesta a Victoria, alumna del colegio público Buenavista 2, de Oviedo.

Identificar al nieto desaparecido de una amiga

Mary-Claire King (1946), profesora de la Universidad de Washington, ha protagonizado esta mañana un encuentro con medio millar de niñas y niños asturianos, de 26 centros educativos de toda la geografía regional, en la Fábrica de la Vega (Oviedo). Los pequeños le mostraron los dibujos sobre su tarea investigadora, que prepararon en las últimas semanas. Asimismo, en el acto central y masivo, le formularon una serie de preguntas y la científica las respondió de forma breve y directa, haciendo un notable esfuerzo por decir algunas ideas en español.

-¿Cuál ha sido el mejor día de su trabajo como investigadora? -inquirió Javier, estudiante de las Aulas Hospitalarias de Oviedo.

La respuesta de Mary-Claire King:

-Fue el día que pude identificar al nieto de una de las Abuelas de la Plaza de Mayo, muy amiga mía, que llevaba 30 años buscándolo. Quizá fue el día más importante para mí.

Tres logros relevantes

La galardonada con el “Princesa” de Investigación Científica y Técnica ha cosechado a lo largo de su trayectoria tres logros científicos muy relevantes: la identificación de los genes del cáncer de mama; la demostración de que los humanos y los chimpancés son genéticamente idénticos en un 99 por ciento; y la aplicación de la secuenciación del ADN para identificar víctimas de violaciones a los derechos humanos, especialmente personas desaparecidas, y con singular presencia en Argentina.

En al arranque de la Semana de los premios “Princesa”, la genetista norteamericana mostró una empatía desbordante con los pequeños. A los encargados de mostrarle los dibujos que habían hecho, quiso hablarles en español, escucharles con calma… Y ese exhaustivo intercambio provocó un notable retrasó del acto central, que fluyó con agilidad, de la mano del también científico y divulgador Amador Menéndez, secretario del premio “Princesa” de Investigación, quien destacó el carácter “inspirador” de los trabajos de los escolares.

La de esta mañana de Mary-Claire King es una más de esas transformaciones que el clima humano de los galardones asturianos provoca en algunos genios más acostumbrados a ambientes académicos, tibios y formalistas. Cerca de 500 escolares poblaban uno de los viejos edificios de la Fábrica de Armas de La Vega en los que algunos de sus abuelos y bisabuelos se ganarían la vida. Presidía el espacio fabril un gran cartel de la galardonada, bajo el lema "Genes que curan". Después, por esa pantalla fueron rotando los dibujos de los niños.

Genes "rotos" con debilidades que se pueden aprovechar

Dos estudiantes avilesinos preguntaron a King por los mecanismos del cáncer. “Los genes se estropean, se rompen, y el resultado es que la biología de la célula no funciona bien. En la mama, por ejemplo, la célula puede crecer demasiado rápido y producir un tumor”, explicó la científica.

Sobre la manera de tratar un tumor, también fue sencilla y didáctica: “No necesitamos cambiar los genes. Podemos construir un tratamiento que aproveche la debilidad de ese gen roto. Son un poco escurridizos, pero el tratamiento es muy efectivo”.

Aquella única mujer científica

Borja, alumno del Colegio de Meres, preguntó por el papel de la genética en la medicina personalizada del futuro. King indicó: “Va a depender de la persona. Podemos saber qué gen y qué mutación causa un defecto. Y podemos ayudar a los padres para que su hijo no presente esa enfermedad. Esto es algo muy novedoso, pero ya es real”.

Preguntada por el inicio de su trayectoria, King explicó a los niños que, cuando era pequeña, “no me sonaba ninguna mujer científica”. Y prosiguió: “Mi experiencia no tiene nada que ver con lo que hay ahora, cuando es perfectamente posible dedicarse a la ciencia si se disfruta y se pone esfuerzo”.

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