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Byung-Chun Han, premio "Princesa de Humanidades" en el IES de la Laboral en Gijón: "La IA nos esclavizará, embrujará y controlará, dirigirá nuestras vidas"

El filósofo surcoreano-alemán alerta a los estudiantes del peligro de que la tecnología "utilice" a las personas y defiende la "contemplación": "Somos como ganado que tiene que rendir, cebados con artículos de consumo e información"

VÍDEO: Así fue el acto final del programa “Toma la palabra” con Byung-Chul Han en el IES Universidad Laboral de Gijón

Miki López / Sergio García

Se hizo el silencio este miércoles en el salón de actos del IES Universidad Laboral de Gijón cuando por la puerta asomó Byung-Chun Han, Premio "Princesa de Asturias" de Comunicación y Humanidades 2025. Un mutismo que enseguida derivó en una ovación para el filósofo surcoreano-alemán, que desplegó un sinfín de reflexiones durante una jornada enmarcada en el proyecto "Toma la palabra". Y vaya si la tomó. Sincero como acostumbra, sin enmascarar la realidad como la concibe, el galardonado alertó del peligro de que la tecnología "utilice" a las personas y no a la inversa y pregonó un discurso un tanto apocalíptico respecto a la Inteligencia Artificial. "Tarde o temprano, nos esclavizará, embrujará y controlará; dirigirá nuestras vidas", proclamó.

A Byung-Chul Han, autor de best sellers de la filosofía como “La sociedad del cansancio” y “La sociedad de la transparencia” o de ensayos como "Vida contemplativa" y "El fin de los rituales", le acompañó en el escenario el profesor, filósofo y escritor andaluz Eduardo Infante, que destacó la "capacidad para analizar las enfermedades del siglo XXI" del surcoreano-alemán, un filósofo que "nos observa y mira a los ojos y nos dice verdades incómodas". Infante se dirigió asimismo a los alumnos. "Sois la esperanza de un mundo desesperanzado; gracias por atreveros a pensar", sostuvo.

Agasajado por la dirección del instituto a su llegada, Byung-Chul Han visitó primero un mural realizado por los estudiantes del IES Universidad Laboral llamado "El bosque de la diversidad". La charla en sí comenzó con anécdota. A la primera pregunta, el "Princesa de Asturias" tuvo algún problemilla con su teléfono móvil. Confesó que no se manejaba bien con él, pero que estaba obligado a llevarlo porque ahí tenía los billetes para viajar por Alemania. Fue la "excusa" perfecta para abordar su visión tecnológica. "Estas herramientas nos pueden facilitar la vida, pero hay que usarla bien; estamos siendo esclavizados por la tecnología", afirmó Byung-Chul Han, que por momentos despertó las risas de los presentes con su peculiar sentido del humor.

La filosofía, "la más importante de las inactividades"

Sobre la Inteligencia Artificial fue contundente. "Puede revolucionar el mundo de la medicina pero hay que tener cuidado", declaró Byung-Chul Han, que desveló su "mala costumbre" de "hablar sin parar". "Tengo miedo de las preguntas", reveló el filósofo, que enfrentó varias cuestiones de los alumnos que profundas fueron un rato. El premiado, cómo no, defendió la filosofía. "Es la más importantes de las inactividades del ser humano, no persigue un objetivo determinado", aseguró Byung-Chul Han, que reivindicó que "la vida humana necesita de inactividad contemplativa". "Si está dedicada a solucionar problemas o a producir, sería una mera supervivencia", aseveró el ensayista, que criticó la universidad contemporánea. "No es un lugar dedicado a la educación; se ha convertido en una empresa neoliberal en la que los estudiantes son clientes y los profesores, vendedores", desarrolló.

"Somos como cerdos o vacas, como ese ganado que tiene que rendir; somos cebados con artículos de consumo e información", subrayó Byung-Chul Han, que, a la pregunta de cuál sería una forma de desobediencia con peso, replicó que "el acto más fuerte sería la revolución, pero el ganado no lo hará". Alto y claro. Señaló el filósofo, que se explayó de lo lindo en algunas divagaciones, que "es difícil cambiar la sociedad". "Una política del descanso podría funcionar si dejáramos atrás la sociedad neoliberal, que no es represiva, sino reductora", remarcó, antes de indicar también que los políticos "tienen poco margen de maniobra" por la "rigidez" de las estructuras del sistema.

Abogó el surcoreano-alemán, cuya traducción corrió a cargo de Jakob Gramss y Christine Linaae Röschke, por una universidad como "lugar de contemplación". "Somos cada vez más libres pero estamos más agitados", resaltó Byung-Chul Han, para el que su "única esperanza" es que el actual sistema "implosione" porque "se está comiendo sus propios fundamentos". Departió asimismo sobre su infancia, sobre la muerte de su perro y cómo ese episodio le marcó. Y también escuchó con atención la interpretación de una alumna al piano del "Preludio número 1" en Do Mayor de Johann Sebastian Bach. No se mordió la lengua para solicitar una fuerte inversión en un nuevo piano. La sonoridad de este no le convencía. "Gracias por alumbrarnos con su pensamiento", sentenció Eduardo Infante para poner el broche a un acto que contó con más de 300 alumnos de 38 centros educativos (en su mayoría asturianos, pero también había de Madrid, Murcia, Badajoz y Valladolid), y en el que Byung-Chul Han dijo las verdades a la cara.

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