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El Museo Nacional de Antropología de México inspira a aprendices de artistas avilesinos

Los responsables la institución ganadora del "Princesa de Asturias" de la Concordia celebran casi cuatro millones de visitantes al año y reconocen la falta de adolescentes

Así fue el encuentro del Museo Nacional de Antropología en el IES Menéndez Pidal

Mara Villamuza

A Antonio Saborit y a Madeleine Bremont le han preguntado esta mañana en Avilés, en la biblioteca del IES Menéndez Pidal, qué se puede hacer para llevar a los adolescentes al Museo Nacional de Antropología de México, que ha resultado galardonado con el premio “Princesa de Asturias” de Concordia. Y fue como paradójico: quien preguntaba era una adolescente -Abigail, del IES Pérez de Ayala, en Oviedo-.

Los dos -Saborit y Bremont- respondieron casi a coro: “Uff, lo hemos intentado todo”. Saborit es el director del museo y Bremont, la presidenta de su patronato. “Tenemos una broma en el museo: atraemos a los bebés, pero no vuelven hasta que ellos mismos son padres”. Hay un vacío de edad, reconocieron ambos, precisamente, en el período de edad representado por el público que asistió al encuentro que la Fundación Princesa de Asturias montó para homenajear a la dirección de una institución que el jurado considera “uno de los museos más importantes de Iberoamérica y un referente global en el estudio de la humanidad, debido a su compromiso con la divulgación, la investigación y la preservación del patrimonio cultural”.

La directora del Menéndez Pidal, Elena González Quintas, fue la que actuó de anfitriona de las dos personalidades. Explicó que los alumnos del Dibujo trabajaron bien para descubrir toda la importancia de un museo que el año pasado atrajo a 3,7 millones de personas. “Este año estamos convencidos de que superaremos los cuatro”, confirmó Saborit reconociendo, a la vez, la carencia de adolescentes en sus salas -casi 80.000 metros cuadrados para contar la historia de los hombres-, salas que guardan piezas tan imprescindibles como el Tlaloc, la Piedra del Sol o el Rostro de la Muerte. Precisamente, una recreación de esta pieza presidía la mesa que dispusieron en el instituto avilesino para las dos personalidades.

El departamento de Dibujo del Menéndez Pidal montó la muestra “Dioses de Piedra. Mujeres de Barro”. Saborit y Bremont la conocieron según entraron en el vestíbulo del centro (el IES tiene sala de exposiciones propia), pero también mientras subieron al primer piso. Y en la propia biblioteca. Allí les esperaba Marisa Jove, que es profesora del IES Valle del Aller y que moderó el acto. Hablaron de las colaboraciones del Museo Nacional premiado con otras instituciones (las mantienen con la Casa de México, con el Thyssen, con el Instituto Cervantes). Los estudiantes se interesaron por el origen de las piezas que salvaguarda el Nacional de Antropología (el 95% de ellas son originales, aclaró Saborit: “Son muy pocas las reproducciones”).

El acto avilesino lo fue, en realidad, de toda Asturias. Habían participado 274 estudiantes asturianos, de nueve centros escolares de toda la región que realizaron 14 trabajos. Los de Avilés tenían 17 y 18 años, es decir, eran de Primero y Segundo de Bachiller.

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