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Análisis de los estilismos más esperados de los premios "Princesa de Asturias": Letizia decreta la delicadeza del negro y un gesto de complicidad de Leonor con su hermana

La Princesa, con un vestido en color buganvilla, tiene un cariñoso gesto con su hermana, a la que colocó el pelo en el lobby del Campoamor

VÍDEO: Así fue la llegada de la Familia Real a los premios "Princesa de Asturias" y su paso por la alfombra azul

VÍDEO: Amor Domínguez / FOTO: Luisma Murias

María José Iglesias

María José Iglesias

Oviedo

A quien dijo alguna vez que el negro es un color triste le faltaba por ver la llegada de la Reina Letizia al teatro Campoamor en la tarde de ayer, vestida por Sibylla (la misma firma que eligió para el concierto del jueves en el Auditorio) con un modelo de escote palabra de honor y corset interior, en crepe de seda, que estrenó el pasado mes de julio en la entrega de los premios Mariano de Cavia. La novedad fue la capa de raso de seda superpuesta, prolongada en mangas y escote hasta tapar el cuello por completo.

La coleta que le despejaba el rostro, los pendientes de diamantes negros de la casa suiza De Grisogono (en oro blanco con un diamante en la parte superior y diamantes negros talla pavé en la inferior), que tiene desde 2007 y ha lucido en otras ocasiones, y el inseparable anillo de Coreterno, completaron una indumentaria de refinada delicadeza que tal vez le recordó a la esposa de Felipe VI sus tiempos de bailarina en la academia de Marisa Fanjul. Para avanzar aún más en ese outfit natural, Doña Letizia, que por primera vez renunció a estrenar para los Premios, llevó la coleta envuelta con un mechón y puntas onduladas. El maquillaje, más marcado de lo habitual, destacó por los ojos resaltados con un suave ahumado en tonos marrones, eyeliner y máscara de pestañas.

La Princesa Leonor llevó un vestido largo midi en color buganvilla, en tejido brocado, dibujos florales, escote cerrado en forma de caja, manga corta abullonada y falda con vuelo, de la firma sueca H&M, una pieza low cost a la que se le ha cambiado la forma de las mangas y se han añadido botones-joya en negro. El vestido costaba 70 euros y puede encontrarse ahora por menos de 50. La heredera llevó la melena suelta y ligeramente ondulada, con maquillaje discreto, sin apenas joyas (salvo pendientes), y zapatos de tacón medio.

Uno de los momentos entrañables de la tarde, que denota la buena relación que mantienen las hijas de los Reyes, lo tuvo la Princesa con la Infanta Sofía al colocarle cuidadosamente unos mechones de la melena, en el lobby del Campoamor, poco antes de entrar hacia el escenario. La Infanta acertó absolutamente con un traje en color guinda con transparencias, en crepe, de Miphai, con falda asimétrica con acabado en gasa vaporosa y una gran abertura lateral, que aporta movimiento, escote cuadrado y tirantes anchos.

La benjamina de los Reyes calzó bailarinas destalonadas planas, lució un brazalete en forma de dos hojas y en la mano izquierda, el anillo de Karen Hallam, que su madre estrenó en 2020.

La Reina Sofía, con chaqueta de shantung de seda blanca con bordados en oro y plata y pantalón beige, firmado por Alejandro de Miguel, collar de perlas, pulseras de abalorios y amuletos y la medalla de la Santina en el pecho, diseño de Quirós, recibió una ovación interminable del público cuando apareció en el palco del teatro Campoamor.

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