El Sporting ha competido hasta el último encuentro con prácticamente la misma plantilla que logró la temporada pasada la hazaña de lograr el ascenso de categoría. Las restricciones impuestas por la Liga de Fútbol Profesional a la hora de realizar incorporaciones mermaron las llegadas al club gijonés en el mercado de verano. Todo ello debido a un impago del club a los jugadores de 523.000 euros de la campaña pasada, que se convirtió en el detonante para que el Sporting arrancase la Liga en inferioridad de condiciones.

Tras unas primeras semanas de intriga y en el que el club dejaba la puerta abierta a posibles llegadas con traspasos económicos -no en vano el Sporting se hizo con los servicios del director deportivo Nico Rodríguez para rastrear el mercado-, los rojiblancos se encontraron con grandes restricciones que impidieron incorporar a futbolistas a su plantilla. Las llegadas debían de ser cesiones, que no superasen el salario mínimo y que no contaran con experiencia en Primera División. Unas premisas que hicieron que el Sporting se reinventase para capturar en el mercado a jugadores que aportasen algo distinto con lo que ya contaba Abelardo en su plantilla. Por entonces, los rojiblancos obraron el milagro con tres incorporaciones ilusionantes: Omar Mascarell (Real Madrid), Alen Halilovic (Barcelona) y Tony Sanabria (Roma).

El Sporting sumaba mayor juventud a un equipo que ya de por sí tenía gente joven en su plantilla. El papel del paraguayo Sanabria ha sido el más remarcado al lograr once goles, mientras que el croata ilusionó a todos con un gran comienzo de temporada que después se fue diluyendo. Por su parte, Mascarell ha cumplido a la perfección con su papel de cubrir las espaldas de Nacho Cases y Sergio.

Pese a ello, Abelardo ha exprimido al máximo a los suyos para sacarles todo el jugo futbolístico con el que cuentan en sus piernas. Todo ello para hacer frente y competir con plantillas que mezclaban el contraste de la juventud y la veteranía y experiencia en la categoría, lo que hacía a los gijoneses arrancar en cierta inferioridad. El trabajo, la valentía, el orgullo y, principalmente, la ilusión, han sido algunos de los factores que han hecho que el Sporting haya logrado igualar las fuerzas en los terrenos de juego. La parte positiva de las ya mencionadas restricciones ha sido la garra sacada desde Mareo por los canteranos, dispuestos a colocar al Sporting en la élite con sus armas tradicionales. Jugadores como Luis Hernández, Meré, Sergio, o Jony han ganado experiencia codeándose con las grandes figuras de talla mundial y firmando una sobresaliente campaña.

Para mayor desgracia, el Sporting perdió a uno de los pilares básicos de su equipo en el duelo de ida en El Madrigal. El central Bernardo se despedía de la temporada al sufrir la temida triada. El colombiano fue suplido por un espléndido Jorge Meré, que le ganó la partida a dos nuevas incorporaciones llegadas en el mercado invernal: Vranjes y Lichnovsky (cedido por el Oporto). El primero ha participado en once encuentros, diez de ellos como titular, mientras que el chileno participó en los dos encuentros ante el Barcelona.

Pese a todas estas dificultades, el Sporting ha sabido sobrevivir a un campo plagado de minas por unas restricciones que desaparecerán, previsiblemente, la próxima temporada. El rendimiento de los fichajes ha sido notable.

Sanabria:

Partidos. 28.

Titular. 26.

Minutos. 2.174.

Pases. 561.

Tiros. 39.

Goles. 11.

Halilovic:

Partidos. 35.

Titular. 24.

Minutos. 2.325.

Pases. 786.

Tiros. 40.

Goles. 3.