Mercedes Siles Molina, directora desde el pasado año de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación, se afanó ayer “por desterrar la imagen que se tiene de la ANECA como ente externo que viste de negro y asusta”. “Queremos generar confianza y que se nos vea como una mano amiga”, manifestó. La catedrática de Álgebra de la Universidad de Málaga fue la encargada de dar la conferencia magistral del Día de Santa Catalina de Alejandría bajo el título “Hacia una academia de calidad con valor de futuro”. Siles reiteró que el papel de la Agencia debe pasar de “controladora de la calidad” universitaria a “acompañante” de las instituciones para que doblen esa calidad. “Ellas mismas (por las universidades) ya tienen el convencimiento de velar por la calidad”, manifestó.

La directora del organismo encargado de “evaluar, acreditar y certificar” titulaciones, profesores y centros académicos proclamó que “ha nacido una nueva ANECA”, empeñada en mostrar “transparencia y cercanía”. “Los valores y principios que guían mi trabajo desde que llegué al cargo en febrero de 2020 son: el acompañamiento a las universidades, la modernización de los procesos, la transparencia de criterios, el impulso de una política comunicativa con proyección social, nacional e internacional, y la introducción de criterios de igualdad, inclusión social e integridad en las evaluaciones y acreditaciones”, declaró.

Siles abrió a los estudiantes más brillantes de la Universidad de Oviedo la puerta de esa nueva ANECA, formada por “80 personas más 2.500 expertos externos”, algunos de ellos pertenecientes a la institución asturiana. Entre sus labores, según contó, están las de acreditar al profesorado y evaluar el desempeño de la investigación, homologar y convalidar titulaciones extranjeras o conceder sellos de calidad. El último de ellos, sobre enseñanzas no presenciales e híbridas, y en camino están otros dos sobre inclusión social y empleabilidad.

Mercedes Siles se dirigió en su ponencia a los premiados, a quien definió como “el valor del futuro; un futuro en el que reposan la confianza y la esperanza de que alcancéis altas cotas, como las que habéis logrado hoy”. “Y no lo veáis –agregó– como un peso, sino más bien como una prenda que siempre os arropa”. La responsable de la ANECA defendió en otro punto que la universidad “forma ciudadanos, no trabajadores”. “El trabajo no es la única actividad. Somos carne y también espíritu, es decir, valores. Y la universidad forma en esos valores que deben guiar nuestro camino”, concluyó.