Poder estudiar en casa, sin necesidad de desplazamientos, fue fundamental para que, pasados los cuarenta, y con un empleo de más de dos décadas en el Área de Medio Rural del Ayuntamiento de Langreo, Elías Antuña se decidiera a volver a matricularse en la Universidad. Dicen que “segundas partes nunca fueron buenas”, pero en su caso no puede estar más lejos de la realidad pues, si bien al finalizar el Bachillerato inició los estudios de Ingeniería “pero se quedaron en el camino”, comenta, en esta nueva etapa no sólo ha finalizado “en tiempo y forma” el grado en Gestión y Administración Pública, sino que lo ha hecho siendo el alumno más brillante de la promoción, con una media de 9,026.

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Sus obligaciones diarias –trabaja por las mañanas– le llevaron a ponerse con los libros y a puntes a final del día, algo que, asegura, no le costó mucho, pues era algo que había vivido de pequeño. “Tengo el recuerdo de ver a mi padre estudiar por las noches en casa después de llegar de trabajar. Él también terminó sus estudios universitarios mientras trabajaba, así que tuve el mejor espejo donde mirarme”, comenta. Y es que, a sus 48 años, reconoce que el momento actual era perfecto para dar el paso de retomar los estudios, pues “ después de casi 25 años trabajando en la Administración Local, este grado ha sido una forma de redondear mis conocimientos del servicio público”.Está encantado con su trabajo, tanto que ni se le pasa por la cabeza cambiar, aunque no rechazaría un ascenso. “Hay un ambiente muy bueno, todos somos un equipo y eso se nota. Espero que este premio sirva para progresar laboralmente”, confiesa.

Un buen ambiente que, asegura, también tuvo con sus compañeros de promoción del grado. “Destacaría el compañerismo que se ha formado, a pesar de ser un grado online. Es de agradecer que siempre estén ahí para lo que necesites. También el compromiso de los profesores, que tuvieron que esforzarse por adaptarse a esa nueva modalidad”, destaca Antuña, quien hace mención a “grandes profesionales como Alejandra Boto, Ignacio F. Sarasola –’nunca pensé que los comics y el Derecho Constitucional fueran compatibles’– o Rafael Rosillo Camblor, mi tutor del TFG, al que estoy especialmente agradecido”.

Deportista, y amante de la lectura y del rocanrol, considera que el esfuerzo y la constancia son la clave para poder abrir puertas. “La meta y el reto es siempre el mismo: intentar dar cada día lo mejor de ti mismo”, señala, por lo que, aunque no tiene planes de futuro fijados, “a nivel laboral, este grado en Gestión y Administración Pública me servirá para ofrecer un servicio público eficiente y de calidad para el medio rural langreano”.