Laura Suárez Cabal, natural de Pravia, desde pequeña tuvo claro que de mayor quería dedicarme a algo que tuviera que ver con los recursos geológicos de la tierra. Su padre es geólogo, y siempre le llamo mucho la atención todo lo referido a minerales, dinosaurios y demás curiosidades, así que tenia clarísimo que de mayor iba a ser "geóloga como mi padre".

Así fue hasta que visitó el museo de la minería en El Entrego, con el colegio y descubrió un mundo nuevo. "Llegue a casa fascinada, cómo se podía hacer tales túneles a tanta profundidad sin que se cayeran…y todo lo que rodeaba a aquella profesión. No veía factible ser minera, un trabajo muy duro para una niña, y ante eso mi padre me dijo: "pero puedes ser ingeniera de minas". Nunca había escuchado hablar de esa profesión, y desde ese día hasta hoy tuve claro que era a lo que me quería dedicar", explica. "Hoy, diez después, volvería sin ninguna duda a escoger esta carrera. Entré en Minas en Oviedo pensando recibir una formación muy especifica en el sector de la minería, y para mi sorpresa la formación abarca muchísimos campos relacionados con la explotación de recursos lo que nos permite abarcar un abanico muy amplio de posibilidades profesionales. Es una carrera muy desconocida", recalca. "No me esperaba el premio. He disfrutado la Universidad sin agobios y sin pensar en la nota media, aunque sin dejarla nunca de lado. Es un orgullo recibirlo, entre todos, no esperaba ser yo quien estuviera en esta posición", remarca. Actualmente compagina los estudios con el trabajo como ingeniera realizando proyectos de canteras y graveras, A la vez estudia el máster de ingeniería de minas. "Me gustaría seguir estudiando Ingeniería Civil, que compagina muy bien con Minas", explica. Está dispuesta a irse a donde sea con tal de poder ejercer esta profesión que tanto le gusta. Le encanta viajar para conocer culturas y lugares diferentes. También hace boxeo.