La implantología clásica está basada desde los años 60 en el concepto de mantener el implante que está en fase de maduración libre de carga, es decir sin función masticatoria. Este protocolo, empleado muy frecuentemente todavía, implica para el paciente pasar muchos meses sin sus dientes. Esto conlleva limitaciones y consecuencias en muchos aspectos: nutritivos, estéticos y sociales. Por este motivo, a finales del siglo pasado, se desarrollaron los protocolos de implantología de carga inmediata, que consisten en reponer los dientes al paciente en el mismo momento de la intervención en la que se instala el implante. Esta técnica no está aún muy popularizada, ya que requiere una estrecha coordinación entre el dentista y el laboratorio para que se coloquen las prótesis provisionales hechas a medida a las pocas horas de la cirugía.

En medicina ningún protocolo es de aplicación universal, pues como el tópico reza: "cada paciente es un mundo" .

Revisemos las ventajas de la carga inmediatas y sus indicaciones. Tenemos que dejar claro de antemano que no existe una "receta global" y que es el odontólogo de cada paciente el encargado de definir como debe ser restaurado cada implante.

Reponer los dientes en el momento de la colocación de los implantes tiene ventajas obvias para el paciente y las razones estéticas priman ya que se puede hacer inmediatamente una vida social sin complejos ya que el paciente tiene una sonrisa completa. La ventaja funcional implica que puedes tener una alimentación razonable durante el período de curación. Pero existen ventajas adicionales menos conocidas para el público general como son: un mejor postoperatorio, una mejor adaptación progresiva de la prótesis y una mejor estética e integración con los tejidos blandos del paciente.

Todas estas ventajas derivan de la circunstancia de reponer unos dientes fijos, soportados por los implantes en el momento de la intervención. Estos dientes provisionales no apoyan en la encía y actúan como escudos protectores de la misma. Esto evita múltiples molestias postoperatorias. Adicionalmente, el hecho de que la encía cure abrazando a un diente que ya tiene una forma semejante a la de la prótesis final es fundamental para conseguir una aspecto armónico y natural en la relación implante-encía, es decir en la forma de nacer el diente de la encía. Y por último, la prótesis provisional se utiliza como un auténtico "banco de pruebas", que permite al dentista y al paciente comprobar la estética facial y la función con unos dientes temporales, que se pueden ir adaptando progresivamente y que permiten a ambos llegar a un punto de confort y satisfacción antes de comenzar con la restauración final. Así que con la prótesis provisional inmediata ganamos no sólo estética y función en el momento, sino mejor postoperatorio y mejores resultados estéticos y funcionales con la prótesis definitiva.

Finalmente, es importante aclarar que no es factible hacer una carga inmediata en todos los casos, en nuestra experiencia en un 20% de los pacientes el hueso alveolar es poco denso y los implantes necesitan un período de maduración sin dientes de unos tres o cuatro meses, para esperar a que se produzca la osteointegración, antes de comenzar los procedimientos restauradores. El odontólogo es el responsable de realizar el diagnóstico de cada paciente y de realizar un diagnóstico preoperatorio correcto para determinar si esta técnica puede estar indicada.