La enfermería es una profesión de las más vocacionales. De ello sabe mucho Andrea Llano Suárez. La estudiante recibió el premio fin de grado "Rector Magnífico de la Universidad de Oviedo", patrocinado por Caja Rural de Asturias, en la gala de ayer. La gijonesa, de 22 años, consiguió un 9,26 de media en las asignaturas de la carrera. ¿Cómo lo hizo? No hay trucos ni magia. "Estudiando mucho todos los días y esforzándome al máximo", explica.

El mundo de las Ciencias de la Salud y su futuro en el sistema sanitario son dos cosas que le apasionan. "Me gusta estar día a día con el paciente, el trato personal con la gente", comenta. De ahí a que optase por cursar el Grado en Enfermería y no otra carrera relacionada con la salud.

Llano Suárez recogió ayer el diploma de manos de Francisco Rodrigo Juan, representante de Caja Rural de Asturias. La joven reconoció que no se esperaba tal reconocimiento público por su trayectoria académica en la Universidad de Oviedo y que estaba orgullosa de haber recibido el premio Santa Catalina.

Su vocación nació cuando era una niña, ya que la joven dice que siempre quiso dedicarse a algo relacionado con el sistema sanitario. Y por ello no para de formarse para seguir aumentando los conocimiento en aras a aportar la mejor atención clínica posible en un futuro. Por ahora, su expediente académico es brillante y todo hace indicar que seguirá por esta senda que inició cuando empezó a cursar las asignaturas del Grado en Enfermería, una carrera que le apasionó cada año que duró.