Los jóvenes son la mejor apuesta y la mejor inversión del Principado y tienen que encontrar en el Gobierno asturiano su principal aliado para tener las mejores oportunidades de formación, empleo y estabilidad personal.

El Noroeste de España tiene los mayores índices de envejecimiento, lo cual puede deberse en parte a determinadas causas estructurales relacionadas con las peores conexiones, etc. No obstante, según el Instituto Nacional de Estadística, es Asturias la que, con diferencia notable en relación con las regiones limítrofes, tiene el mayor índice de envejecimiento de toda España. Es decir, además de las causas estructurales también concurren causas coyunturales atribuibles a la acción de gobierno socialista de tantos años en la región. Asturias cuenta con más del doble de personas mayores de 64 años respecto de menores de 16. El Principado es la región más envejecida de toda España.

La candidata del Partido Popular (PP), Teresa Mallada, se ha puesto como principal compromiso si llega a la Presidencia la mejora de las condiciones laborales y de vida de los jóvenes asturianos favoreciendo la emancipación, mejorando la tan vilipendiada formación profesional y favoreciendo el retorno del talento que abandonó el Principado a causa de la crisis económica y las nefastas políticas socialistas.

Pero la apuesta por los jóvenes se engloba en una apuesta más grande que es combatir el invierno demográfico, es decir, la despoblación. Para esto, Mallada habla y no se cansa de repetir que hay que cuidar y mejorar los servicios sociales y la Sanidad.

Todo ello con medidas concretas como facilitar el acceso de los jóvenes al primer empleo, incentivar la contratación definitiva de los jóvenes, activar un programa específico para el retorno y retención del talento joven en Asturias, crear un Plan estratégico para la formación profesional, fortalecer el sistema de dependencia y servicios sociales o garantizar una sanidad pública igual para todos los ciudadanos y en todos los territorios.

El invierno demográfico al que se enfrenta la región es el resultado de años de políticas socialistas que se despreocupan por completo del pilar base del futuro en Asturias: la juventud. El Principado de Asturias acabó en 2018 con una tasa de desempleo joven del 27.5 por ciento, tasa que se duplica en los jóvenes menores de 20 años. Una política para afrontar el desafío demográfico de nuestra región debe vertebrarse en la creación de empleo y oportunidades para los jóvenes asturianos.

Por este motivo, cualquier política de juventud tiene que tener como eje capital el empleo joven. Estas medidas de empleo se deben complementar con una formación educativa encaminada a favorecer la empleabilidad en la juventud asturiana.

Un primer paso debe ser integrar a los jóvenes en el mercado laboral con la creación de un Programa de Primera Oportunidad en el que se reflejen ayudas para incentivar la Formación Dual, incentivos para la contratación en prácticas de jóvenes con titulación académica orientada al empleo ofertado, becas para prácticas, incentivos a la contratación indefinida de jóvenes para fomentar la estabilidad en el empleo, activación de un Programa específico para el retorno y la retención del talento joven en Asturias o activar un Plan de formación para personas jóvenes desempleadas que no hayan completado la escolarización obligatoria o carezcan de titulación profesional.

Pero el plan del PP para los jóvenes como base de la lucha contra el despoblamiento va más allá porque no sólo hay que poner las bases para que los jóvenes, sobre todo los del mundo rural, encuentren un trabajo, también, y muy importante, es poner condiciones para fomentar el emprendimiento entre la juventud asturiana basado en créditos al joven emprendedor, incentivos fiscales para inversores que apuesten por iniciativas empresariales impulsadas por jóvenes asturianos o establecer un plan contra la despoblación rural con medidas que fomenten la permanencia e integración de jóvenes en el medio rural asturiano, con apoyos específicos fiscales y financieros y promoviendo el desarrollo de un entorno rural con futuro, generador de empleo y riqueza, atractivo para nuestros jóvenes asturianos y que respete el medioambiente.

También es necesario, por un lado, un ambicioso plan de vivienda con la creación de la llamada “Hipoteca joven”, con un ahorro estimado de 4.000 euros por cada hipoteca firmada, y por otro lado, una apuesta por la educación, pilar básico, con la adecuación tanto de la oferta y demanda universitaria, como de formación profesional, a las necesidades del mercado laboral asturiano, con especial atención a las demandas del sector tecnológico.

Las líneas maestras de este plan contra la despoblación están fijadas, ahora sólo cabe recibir la confianza de los asturianos para atajar el problema del invierno demográfico con medidas concretas que Teresa Mallada y su equipo han definido sobre la radiografía concreta de esta Asturias ahogada por décadas de gobierno socialista.