Desde hace varios años, aunque está poco difundido, se celebra el Día de la salud sexual, con motivo de la festividad de San Valentín. Por ello, la Sociedad Mundial de Medicina Sexual (ESSM) celebra por estas fechas su congreso mundial, siendo este año en Luvijana, Eslovenia, donde acuden cientos de médicos, urólogos, andrólogos, ginecólogos, sexólogos y psicólogos de todo el mundo.

Sería oportuno, con motivo de esta celebración, ver las causas y las novedades actuales en el tratamiento de la Disfunción Eréctil (DE), uno de los problemas más frecuentes del hombre y que exigen una solución dadas las consecuencias que conlleva.

La incidencia. Aproximadamente el 40% de hombres entre 40 y 70 años tienen algún problema de erección, aumentando con la edad.

Por otro lado, los hombres cada vez demandan más una solución por el deseo de mantenerse más activos sexualmente, teniendo una mayor expectativa de vida y realizándose, en muchos casos, vida sexual hasta edades avanzadas.

La DE, por otro lado, tiene una gran importancia médica, ya que a veces es la enfermedad centinela que avisa de un deterioro en la circulación cardiovascular, permitiendo descubrir a tiempo problemas cardiovasculares antes de que se produzcan, como por ejemplo los infartos.

También es causa de graves problemas psíquicos, ya que producen un deterioro de la autoestima, depresiones y alteraciones en la relación de pareja.

Definición. La disfunción eréctil (DE) o impotencia sexual se define como "la imposibilidad de tener una erección de calidad suficiente como para satisfacerse él y su pareja".

El paciente tiene que saber que la erección surge del aumento rápido de sangre en las arterias del pene cuando hay una estimulación y se produce una excitación sexual y por ello los tratamientos se basan en aumentar este aporte de sangre.

Causas. Los motivos o causas más frecuentes de la DE son la diabetes, la hipertensión, problemas cardiovasculares como el infarto; la insuficiencia renal, la apnea del sueño, el colesterol elevado, la obesidad, los trastornos depresivos y los malos hábitos, como el tabaquismo, la falta de ejercicio y una dieta desequilibrada, además del estrés. Existen también casos que son secundarios y derivados de cirugías como el cáncer de próstata o de recto, al lesionar vasos y nervios que afectan a la erección.

Además de las causas médicas existen causas psicológicas que requieren de la colaboración de psicólogos y sexólogos. Este tipo de DE se suele dar en hombres jóvenes.

Actualmente, la DE dispone de varios tipos de tratamientos, comenzando con medicación oral que produce una vasodilatación de las arterias del pene, como el Viagra y otros similares, con buenos resultados en el 70-80% de los pacientes. Para los no respondedores, se usa Alprostadilo en inyección intracavernosa o en crema.

El último avance que tenemos en nuestra clínica son las ondas de choque. Se basa en que su mecanismo de acción produce una angiogénesis formación de vasos sanguíneos nuevos y a la vez aumentan el número y el calibre de las arterias del pene, mejorando la entrada de sangre y favoreciendo la erección.

Cuando el paciente mejora, su efecto se mantiene en el tiempo, no siendo preciso en algunos casos el uso de pastillas o disminuyendo la dosis. También se ha comprobado que pacientes que no eran respondedores al uso del Alprostadilo (Caverject), luego se hicieron respondedores.

Es un tratamiento que se hace de forma ambulatoria en la misma consulta y carece de efectos secundarios.

La tasa de respuestas positivas en pacientes con DE de origen vascular es de un 80% de mejora.

En aquellos pacientes que no son respondedores a ninguno de los tratamientos mencionados se sigue haciendo el implante de prótesis.