Fiesta ciclista por todo lo alto en Nava con motivo de la vigésimo quinta edición de la Clásica Los Puertos Esmeralda. Las bodas de plata de una de las pruebas más emblemáticas del calendario cicloturista del Principado cumplieron las expectativas previstas. La buena organización, el buen tiempo, la ausencia de incidentes y el ambiente de camaradería reinaron en una jornada en la que pedalear por los espectaculares paisajes por donde discurrió la prueba no competitiva fue una delicia para los participantes. El exciclista profesional vasco Igor Antón recibió un caluroso homenaje.

Trescientos ciclistas llegados desde todos los rincones de España dieron empaque a la carrera. Además de diferentes partes de Asturias, tomaron la salida corredores llegados a Nava desde Cantabria, País Vasco, Castilla y León, Madrid, Gerona y Alicante, entre otros lugares. La Clásica, disputada sobre una distancia de 112 kilómetros y con salida y meta en la plaza del Ayuntamiento, dio comienzo a las 09.00 horas. El alto de Buenos Aires, de cuatro kilómetros, con un desnivel del 3,5%; el de Puente Agüera-Sietes, de seis kilómetros y un desnivel del 5,6%, y el tramo entre Poreñu y Pandenes, de ocho kilómetros, con un 5,7% de desnivel, fueron las tres subidas a las que se enfrentaron los corredores.

Al filo de las 13.30 horas llegaron los primeros ciclistas que completaron el recorrido. Una hora más tarde, en medio de los aplausos de los presentes, cruzaron la meta los más rezagados.

"Estamos muy contentos por cómo ha discurrido la Clásica. La gente se ha marchado encantada", aseguró el presidente del Club Nava 2000, Mario Iglesias. Este quiso destaca el gran ambiente creado en el pelotón y la fiesta vivida durante todo el recorrido. "Es de agradecer lo amable que ha sido Igor Antón. Ha mostrado su agradecimiento por el homenaje que le hemos dado y estamos muy contentos", dijo. El corredor vasco, profesional durante catorce años y ganador de cuatro etapas en la Vuelta a España y una en el Giro de Italia, portó el dorsal número 1 y agradeció las muestras de cariño recibidas.

El incombustible avilesino de 87 años Rubén Nicieza Rodríguez, "Pola", fue premiado como el ciclista más veterano, y el gerundense José Vilas, como el ciclista que llegó desde más lejos para participar en la Clásica. El buen hacer de las aproximadamente cuarenta personas que se encargaron de la organización fue clave para el éxito de la prueba.