La intervención cuando se sospecha que un menor vive en un hogar donde el padre maltrata a la madre debe ser lo más rápida y eficaz posible. Resulta imprescindible para trabajar tanto con el alumnado que se sospecha que está siendo expuesto a violencia de género como con el que ya se ha confirmado esta situación, una alianza de trabajo tanto con el propio niño, niña o joven, como con sus madres y también con el resto de los profesionales involucrados (Servicios Sociales, Fiscalía, profesionales de la salud, etc.).

Cuando un profesional interviene con niños, niñas y adolescentes, percibe rápidamente que la mayoría prefieren interactuar de forma divertida. La interacción únicamente de tipo verbal, muy seria y concreta puede dificultar la comunicación e inhibir sus capacidades, sus recursos y su creatividad. Asimismo, es importante respetar la forma de ser y de hablar manteniendo su individualidad y no generalizando su comportamiento.

El interés de los niños y niñas en estrategias que impliquen juego, imaginación, fantasía, misterio, magia, simbolismo, metáfora y contar historias, contribuye de forma fundamental en la su motivación y en su capacidad para resolver problemas. A través de estas estrategias se puede obtener también que tienen sobre los conflictos familiares, muchas veces incluso más sincera y clara que la presentada por las personas adultas.

Una conexión emocional y cognitiva es necesaria para conseguir el acceso a su "mundo", algo para lo que se suele necesitar tiempo. Es necesario ajustarse a su ritmo en el habla y aceptar también su derecho a no hacerlo. Una buena forma de hacerlo es evitar las preguntas directas sobre sus necesidades y problemas en los inicios de la conversación, y en cambio preguntar por sus competencias, gustos, preferencias. El material lúdico, como muñecos y marionetas, también suele útil, puesto que algunos niños y las niñas pueden expresarse a través del juego. Asimismo, es importante prestar atención a las palabras utilizadas para referirse a las personas y a las cosas.

Finalmente, al trabajar con niños y con niñas se debe tener en mente que, independientemente de su situación personal lo habitual es que quieran que sus padres, madres o personas cuidadoras se sientan orgullosos de ellos y ellas; agradar a sus padres y madres y otras personas adultas, así como ser aceptado o aceptada y formar parte del grupo social en que vive. Otros deseos de los pequeños y pequeñas pueden ser aprender cosas nuevas, estar activos o activas y participar en actividades con otros y otras; sorprenderse y sorprender a otras personas y manifestar sus opiniones y sugerencias, así como hacerlas cuando se les da la oportunidad.

Principales cuestiones

Por todo ello, y, en resumen, las cuestiones necesarias a tener en cuenta en la entrevista con los niños y las niñas de los que se sospecha que pueden estar siendo expuestos o expuestas a violencia de género o cuando ya se ha confirmado la vivencia, son las siguientes:

  • Elegir un momento del día en el que se tenga tiempo.
  • Elegir una sala en la que se asegure la privacidad y la tranquilidad.
  • Valorar el utilizar muñecos que representen personas y/o marionetas, así como una casa.
  • Valorar el utilizar hojas de papel y rotuladores de colores y/o pegatinas.
  • Iniciar la conversación con una fase social preguntando por gustos, preferencias, objetivos, etc., nunca introducir la cuestión de la exposición directamente.
  • Adaptarse al ritmo de conversación respetando sus resistencias a hablar del tema.
  • Tener en cuenta que, por lo general, quieren que sus padres estén juntos y se sientan orgullos.

Marionetas y dibujos

En cuanto a las técnicas que pueden utilizarse en las entrevistas con los niños, niñas y adolescentes expuestos a violencia de género, las más recomendables son las técnicas de terapia breve centrada en soluciones. Se trata de técnicas y preguntas que pueden resultar de gran utilidad para conocer la percepción de la persona sobre su situación y sensación de bienestar y control vital, como la "pregunta milagro" o "la pregunta escala". Asimismo, la terapia familiar narrativa ha desarrollado múltiples técnicas para abordar las consecuencias de la exposición, (los nervios, la agresividad, la tristeza, etc.). Los menores podrán responder, aunque quizás en ocasiones resulte más útil que lo hagan través de marionetas o muñecos, los cuales permiten la visualización de situaciones y la narración de historias y resultan a veces útiles para abordar temas que son más difíciles de abordar con los niños y niñas directamente, por ejemplo, los episodios de violencia.

Otras técnicas que suele dar buenos resultados son, por un lado, el dibujo, que puede ser una estrategia para que comuniquen sus emociones. El niño o niña puede guiarse demandando un dibujo de aquello que más le guste y le haga feliz o lo contrario. También puede ser útil pedir que dibujen la respuesta a la pregunta milagro. De la misma manera, se utiliza en la técnica de la externalización pidiéndole al niño o a la niña que dibuje a su problema y se le pregunta anteriormente, ¿Cómo sería?, ¿Qué forma y color tendría?, etc. También se puede solicitar que dibujen un instrumento o plan para encontrar la solución a su problema.

Y por otro, la técnica denominada "Hablemos sobre qué hablar (Talking about talking )", cuyo objetivo es animar al alumnado a decir cómo se siente, pudiendo trasladarse percepciones de la persona que entrevista. Es necesario ponerse en todo momento en su lugar y no asustar dirigiendo directamente la conversación al tema del maltrato. Resulta también positivo hablar no sólo de los indicadores de daño observados, sino también de sus recursos y habilidades.

Sobra decir que la finalidad de este tipo de intervenciones es crear un contexto de seguridad donde, paulatinamente adaptándose a su ritmo y necesidades, puedan hablar de su dolor, miedos, incertidumbres y ofrecer estrategias para promover el bienestar. Estas relaciones seguras que se establecen con la persona profesional basadas en el respeto promueven recursos resilientes. Según el nivel de gravedad se requerirá de más o menos tiempo, aunque en general se puede decir que son procesos largos que requieren un seguimiento estructurado e intensivo para trabajar poco a poco las áreas del desarrollo que se encuentren comprometidas. Resulta de gran conveniencia que la valoración de daños y riesgos se realice lo antes posible para así para poner en marcha acciones de apoyo adecuadas. En este punto, la información aportada por su centro escolar resulta fundamental para poder realizar esta primera valoración de daños y consecuencias causados por la violencia vivida.

Talleres de apoyo

Los talleres grupales en los que participan las personas menores que han vivido en sus hogares violencia de género hacia su madre son una forma positiva de apoyarles en la minimización de daño. La finalidad, al igual que en la intervención individual, es crear un espacio para que expresen el dolor y las emociones, también para que comprendan adecuadamente la experiencia sufrida y por último para ofrecer estrategias para continuar con la mejor vida posible. En general, los grupos terapéuticos tienen una duración específica (unas 12 sesiones que tendrán que adaptarse siempre a las necesidades de las personas participantes) y es necesario que sean dirigidos por profesionales especializados en la intervención terapéutica de apoyo a la infancia maltratada y que se evalúe con anterioridad a las personas participantes para confirmar efectivamente que puede ser un recurso adecuado. En general. los objetivos que se abordan en dichos programas están relacionados con los siguientes temas:

  • La conexión y regulación emocional: el manejo de emociones y sentimientos, así como las respuestas emocionales asociadas a la violencia de género (la culpa o la vergüenza).
  • La reconstrucción de una identidad alejada del maltrato, promoviendo la autoestima y reorientando estilos relacionales inseguros.
  • La promoción de estrategias de afrontamiento analizando los diferentes estilos de comunicación, de resolución de conflictos, de manejo de la agresividad y desarrollo de empatía.
  • La reelaboración de las narrativas de maltrato con la finalidad de aumentar la comprensión sobre las experiencias vividas ayudando a las niñas y a los niños a asimilar e integrar experiencias dolorosas.