Desde mediados de abril, los primeros brotes de los manzanos anuncian el comienzo de la floración de los árboles de las variedades de manzana asturiana acogidas a la Denominación de Origen Protegida, Sidra de Asturias. A pesar de las dificultades generadas a raíz de la crisis sanitaria, los cosecheros han podido realizar los trabajos de poda, abono y resto de atención a las plantaciones, y como apunta José Manuel Cuesta, "la floración ya se puede apreciar claramente en la variedad de manzanas tempranas y ya está empezando en las variedades tardías", además, "contando con el asunto de la vecería, y siendo difícil estimar la producción final, se intuye que no será inferior a la de 2018".

Precisamente el pasado año se aplicó en varias finas el "Programa Experimental para el Control de Producción de la Manzana", promovido por la Consejería del Principado, un proceso que esperan que ayude a mejorar la producción de este 2020. En relación a esto, el pasado 12 de mayo los representantes de la DOP Sidra de Asturias mantuvieron una reunión con la Consejería de Desarrollo Rural y Agroganadería en la que trataron las medidas de apoyo que valora la Administración al sector, el estudio de acciones para asegurar la cosecha de 2020, y poner en valor su producto.