La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

David González le regaló un gol a Linares

Lucas protege el balón ante Pitu. MARÍA GÓMEZ

Con el peso de dos zurdos como Erice y Borja Gómez en el inicio de jugada, el balón se inclinó a la banda de Susaeta y Peña. El lateral, otro de los nuevos, es uno de los que cumplen al pie de la letra la demanda de Egea para los zagueros. Gente que sabe defender como principal virtud. Lo suyo es mantener a raya al rival y si además se anima de ven en cuando en ataque, bienvenido sea. Ya en la segunda mitad se sumó con acierto por su banda, puso un balón milimétrico al área y Valle empujó a la red. El 0-1 encumbró la habilidad de Valle jugando por dentro: llegada, capacidad de sorpresa y gol. Si no llega otro media punta es verano, él parece el elegido para hacer de doble de Font cuando lo exija el guión. El gol demostró además que el Oviedo sigue haciendo daño con espacios. Algo que a conocíamos de la temporada pasada.

Había aguantado hasta el momento el Lealtad con orden, colocación y algo de fortuna. Los de Rozada, diez fichajes hasta la fecha, son un conjunto en reconstrucción que está llamado a dar un paso adelante en Segunda B respecto a la temporada pasada, salvada de forma agónica. El listón, eso sí, vuelve a ser el mismo: el éxito se sitúa en todo lo que signifique no descender a Tercera.

Pudo ampliar la renta Linares un par de minutos después del tanto de Valle en un buen servicio de Susaeta. El aragonés condujo el balón hasta que Porrón le interrumpió el paseo sin que llegara a la meta rival.

La sucesión de cambios en los dos equipos hizo que la intensidad del partido bajara en picado. Sirvió la oportunidad para volver a ver a los valores del Vetusta, algo habitual en estas fechas. Aunque se echó en falta algunos minutos más en el césped de Cristian Rivera, internacional español sub18 que deja en cada actuación la sensación de saber perfectamente de que va el ofico de medio centro.

Antes de que acabara el partido, el Oviedo cerró el marcador. David González, goleador de profesión, tuvo la sangre fría y la visión para ceder al centro en vez de chutar. Linares, libre de marca, empujó el segundo a la red. Buen detalle del delantero del Vetusta.

El equipo acabó con satisfacción en ambos lados. Rozada, satisfecho por la evolución de su equipo que superó el trámite con mucho mejor nota que ante el Sporting. Egea, feliz con el rendimiento defensivo de los suyos. Es Segunda División una competición en la que prima el orden y el Oviedo parece tener motivos para confiar en este extremo. Si las piezas que quedan por llegar le dan un salto de calidad, los azules tendrán más motivos para creer.

Compartir el artículo

stats