La Segunda División es una liga muy complicada. Cualquier equipo puede vencer a otro, grupos que parecían invencibles una semana, como el Alavés, caen derrotados la semana siguiente con el humilde Llagostera. Esto unido a la enorme longitud de la competición hace que los cambios en la tabla sean continuos y que todo el mundo deba acostumbrarse a mantener la paciencia ante algún resultado negativo.

Equipos que ganan jugando bien, otros a la contra, ... cada uno con sus armas.Pero lo importante finalmente es sumar los tres puntos. Así lo entendió el Real Oviedo hoy que vio como el Albacete vino a llevar al peso del partido y se tuvo que replegar para defenderse y buscar un juego más directo para su ataque.

Egea decidió para este encuentro dar entrada, como novedades, a David Fernández y Borja Valle en lugar de Verdés y Vila.

Comenzaba el partido con una fuerte lucha de los dos equipos por hacerse con el centro del campo. Pronto se vio que esa batalla se decantaba de la parte manchega en la posesión de balón. Centraba su ataque por la banda derecha pero el Oviedo se defendía bien y buscaba sus oportunidades a la contra.

Borja Valle tuvo su ocasión al llegar a línea de fondo, al cuarto de hora, justo antes de que Susaeta inaugurara el marcador con un magistral libre directo que superó por fuera la barrera colocada por Dorronsoro.

Poco después fue Borja Valle el que inició una contra. Condujo el balón unos metros y disparó con potencia para lograr el segundo tanto tras el gran fallo del portero rival, Dorronsoro, que colocó mal el cuerpo para atrapar el balón.

Se repetía la historia de la semana pasada pero al revés. El Real Oviedo, con poco, se ponía dos cero en el marcador.

El dominio se hizo más intenso por parte de los manchegos mientras los azules intentaban mantener el resultado hasta el descanso. Les sobraron tres minutos. En el 42, Rubén Cruz reducía distancias a pase de Santi Jara.

En la segunda mitad, el Alba salió decidido a buscar el empate. Los locales parecieron más concentrados que en la primera parte y con los refuerzos de Vila y Edu Bedia en el centro del campo pasaba sus apuros en defensa pero conseguían llegar con mucho peligro a la meta rival.

Pudo empatar el Alba en una muy clara triple ocasión pero el error le costó muy caro.

Hervías fue una pesadilla para la defensa rival y en una de sus cabalgadas, casi al final, forzó la jugada que supuso el tanto definitivo de Linares tras recoger un rechace de la defensa para decidir el encuentro.

Final de partido y gran celebración por parte de público y equipo conscientes de la importancia de los tres puntos para elevar la moral del grupo y reforzar una idea de juego. Y es que siempre es más sencillo corregir posibles errores desde la victoria que desde la derrota.

Buen Albacete con una propuesta muy agresiva en su juego pero derrotado por el gran arsenal ofensivo de los azules. Engarzar unas líneas con otras y formar un equipo más compacto será la labor de Sergio Egea en los próximos días