Para Linares, el margen de mejora pasa por una cuestión ofensiva antes que de la zaga. "El Girona es un muy buen equipo y el año pasado hizo una campaña espectacular. No tuvimos malas sensaciones en el césped pero sí que es verdad que faltó algo de fluidez en el ataque". El análisis de Linares es claro. El Oviedo rompió una racha ilusionante de tres victorias consecutivas (Copa incluida) con el 1-2 ante los catalanes. Elche aparece en el camino como punto necesario para la recuperación.
El Oviedo aún se encuentra en fase de adaptación a la nueva categoría. Es una etapa que debe atravesar cualquier equipo recién ascendido. De momento, lo hace desde una cómoda posición en la tabla. Los de Egea son novenos, con 7 puntos; un lugar desde el que es más sencillo mejorar. "Un buen ejemplo es el Betis", argumenta Linares como espejo perfecto en el que mirarse; "parece que el año pasado se paseó por Segunda pero ni mucho menos. Pasó muchos apuros hasta que se hizo con el primer puesto y empezó a carburar como se esperaba de un equipo grande". El aragonés lo tiene claro: "Todos los equipos van a pasar apuros. Cuantos menos pasemos, mejor".
La temporada ha comenzado para Linares bajo la rutina del gol. Como si ésta fuera la continuación de la pasada campaña, en la que se convirtió en el estilete del sistema de Egea. Con tres tantos celebrados, el aragonés no es conformista. "Me encuentro bien pero siempre me exijo a mí mismo. Nunca me voy conforme a casa, siempre pienso que puedo llevar más goles que los que hago", asegura.
El razonamiento es similar al de la pasada temporada. También en la época de bonanza, el aragonés enarbolaba un discurso similar. El sistema no le salió nada mal y finalizó la Liga con 27 goles, una cifra que le situó en el panorama del fútbol nacional, codeándose por momentos con los más ilustres anotadores del país. Ahora, Linares suma 3 goles después de 419 minutos, lo que supone que marca cada 140 minutos. En estas cinco jornadas, en las que siempre ha sido titular, ha chutado 12 veces, 6 de ellas a potería. Es decir, de cada dos disparos a puerta, convierte uno. Ahora, con el Elche en el horizonte, el delantero quiere dejar al lado sus sentimientos (logró el ascenso con el conjunto ilicitano en 2013) para seguir sumando. "Es un partido especial para mí. Estuve en Elche tres años, pasé momentos muy buenos y otros malos, asegura en referencia a las lesiones; "pero guardo un gran recuerdo del club y de la ciudad".
