Edu Bedia tiene aires de tipo cansado. Como si jugara eternamente en el minuto 80 de partido. También posee una virtud poco abundante en el fútbol actual: la pelota le obedece. Aún está en fase de adaptación tras un largo periodo en boxes pero tiene todas condiciones para convertirse en el faro de este Oviedo. Del Oviedo que quiere ser protagonista con la pelota, al menos.

Ayer, la salida del centrocampista cambió de un plumazo la cara de los de Egea, algo apelmazados y con un gol en contra hasta entonces. La segunda versión del Oviedo mereció como mínimo un empate que solo pudo llegar en el último tramo del encuentro.

La amplitud de la plantilla le permite a Egea jugar a varios registros. Se imaginó el argentino un encuentro físico, donde la condición se impusiera al fútbol y decidió alinear a Omgba para reforzar a Erice en el centro. Baraja, técnico local, contestó con astucia: nada de choques, balón por abajo. El Elche quiso dominar y el Oviedo, con Linares y Hervías más adelantados intentaba dinamitar la construcción ilicitana.

Se impuso el guión de Baraja desde el principio y el Elche se hizo con el mando. Sergio León, delantero fornido de movimientos suaves, recortó y disparó con la zurda arriba a los 19 minutos. Sirvió como aviso. A los 26, el Elche se encontró con un córner, invitación suculenta si se tiene en cuenta el monótono ritmo del partido. El balón voló al corazón del área. Armando, pies en el suelo y hectáreas de campo libres para maniobrar, remató abajo. Directamente a la red. La defensa en zona del Oviedo se puso colorada.

El encargado de cerrar esa parte del área era Omgba y por si no había quedado claro, Egea lo evidenció al sustituirle cinco minutos después por Edu Bedia. Un cambio con aroma a castigo. Entró Bedia y tardó poco en demostrar su buena relación con las pelotas de fútbol. En el primer contacto con el partido le puso a Susaeta un pase perfecto a la espalda de la defensa. El vasco chutó fuerte y Javi Jiménez detuvo con el cuerpo.

El Elche, quien sabe si por la ventaja o por el gobierno de Bedia, se echó unos metros para atrás y lo fio todo a la contra. O al balón parado. La tuvo Espinosa en una falta a los 38 minutos pero Esteban voló para tocar suficiente.

Tras el descanso, los azules intensificaron su dominio. Si vivieron entonces los mejores momentos del Oviedo sobre el césped del Martínez Valero. Linares gozó de una oportunidad inmejorable pero su zurdazo se fue a las nubes tras un buen servicio de Susaeta. Erice también lo intentó. Ingresó en el campo contrario y ante la falta de ideas, o de alternativas, probó con un misil que se estrelló en el larguero.

Egea subió la apuesta. Toché al campo, en busca de presencia en el área rival. Quedó demostrado de primeras que Linares y Toché necesitan organizarse mejor para rendir como una pareja en ataque. Elaborar una lista de tareas para cada uno sería suficiente. El Elche apenas respiraba hasta que encontró una vía. La pelota llegó a Sergio León en el área, chotó fuerte al centro y Esteban metió la manopla para despejar a córner. Segunda intervención decisiva del avilesino.

Cervero sustituyó a Linares cuando solo quedaban 10 minutos para aportar disputa aérea: ganó todo lo que luchó. El Oviedo, presencia constante en campo rival, obtuvo premio a los 88 minutos. Borja Gómez, central, abrió en carrera a Peña, lateral, en las inmediaciones del aérea. Dos zagueros a esa altura, síntoma del dominio azul. Peña centró y Susaeta llegó antes que nadie para conectar un zurdazo que Jiménez no pudo detener. Un premio tardía pero merecido.