Con Néstor Susaeta en la foto inicial, el balón parado siempre es una invitación para hacer daño a los rivales. El Oviedo entró en la competición con buen pie ayudado en parte por la destreza del futbolista vasco en jugadas de esta naturaleza. Susaeta centra córners precisos, dispara las faltas con maestría y es un seguro desde el punto de penalti. Pero el balón parado, uno de los puntos fuertes del Oviedo de Egea en las dos últimas temporadas, se está volviendo ahora en contra.

Ante la Ponferradina volvió a verse un ejemplo. Con el partido controlado, 0-1 en el marcador y la sensación de que los azules eran los que mandaban sobre el terreno de juego, un saque de esquina fue celebrado con especial énfasis por la hinchada local. Es la Ponfe un equipo temible en jugadas de esta naturaleza. El desenlace de la jugada dio la razón a la alegría previa. El balón voló al palo más alejado y, tras un primer cabezazo, Berrocal enganchó la pelota de volea al fondo de la red. Fue una jugada que marcó el devenir del partido, como reconocería al final del choque Susaeta: "Habíamos completado un inicio muy bueno pero esa jugada hizo que las cosas cambiaran".

El tanto de Berrocal servía para confirmar la tónica de las últimas semanas: el Oviedo está sufriendo a balón parado. El inicio de la mala racha se sitúa en el Martínez Valero, jornada 6. Armando, central de planta imponente, cabeceó con pulcritud a la red para hacer el 1-0. Se encontraba solo en el corazón del área.

Tras recibir un gol de jugada ante el Mallorca, la maldición regresó en la octava jornada, en la victoria de Valladolid. El gol del empate a 1 de los pucelanos llegó tres un saque de esquina, un despeje defectuoso y un mal balance defensivo. Juan Villar recibió en el área, se orientó la pelota con el pecho y cruzó para batir a Esteban. Peor fue el bagaje en jugadas de estrategia, jornada 9, ante el Alcorcón. Los dos goles de los visitantes llegaron en acciones de esta naturaleza: una falta lateral que remató Fernando Román y un córner que peinó David Rodríguez en el último minuto.

Las acciones de los últimos encuentros, unidas al gol de Berrocal en El Toralín, dejan el saldo de los de Egea en cinco goles recibidos en jugadas de estrategia en las últimas cinco jornadas. Un dato que puede explicar el excesivo ritmo de goles en contra de los azules.

Además, los carbayones han frenado su ritmo anotador en el mismo tipo de acciones. Si no se consideran jugadas de estrategia los lanzamientos de penalti (Susaeta marcó dos el pasado domingo), los de Egea sólo han logrado un gol de esta manera en las últimas cinco semanas: fue el logrado por Toché en Zorrilla en una falta sacada por Erice que tocó David Fernández antes de que el murciano empujara a la red.