El pasado mes de septiembre a Generelo se le sometió a una artroscopia en su rodilla derecha, en una operación que no tenía muy buena pinta. La intervención, en la que se hizo una limpieza y regularización meniscal, era algo así como un último intento de evitar lo que parecía un hecho: que Generelo tendría difícil competir este año. Finalmente, tras los plazos pertinentes de recuperación, se ha confirmado la mala sensación inicial y Generelo debe poner punto y final a su carrera en el fútbol. Lo hace con el recuerdo grato en la memoria colectiva azul como uno de los héroes del ascenso en Cádiz.

Porque el fútbol es un deporte de momentos y los recuerdos tienden a nublar el juicio. Y el momento de Generelo llegó sobre el césped del Carranza, el colofón de un año lastrado por las lesiones pero que le ofreció una última oportunidad de justificar la ilusión despertada con su fichaje. Y el pacense no decepcionó. Desde el primer momento se convirtió en el faro del Oviedo en el centro del campo, el guía en las jugadas de ataque y la referencia a la hora de defender. Ese, el de Carranza, fue el partido que le consagró como protagonista para la afición azul.

El resto de la temporada había sido irregular. Había vivido un inicio prometedor, titular con Erice en el doble pivote, en un primer mes de competición que sirvió para ver la versión más acertada de Generelo. Tres goles en cinco jornadas le convirtieron incluso en una referencia ofensiva. Solo momentáneamente.

Alternó después titularidades con suplencias, hasta que en febrero desapareció de los planes. Estuvo 10 partidos sin jugar, en el club se aseguraba que no estaba lesionado sino que seguía un plan específico, y regresó en los últimos cinco choques. La idea era que estuviera listo para Cádiz. Y salió a la perfección.

Esta temporada, Generelo, tipo influyente en el vestuario, ascendió el escalafón hasta ser nombrado uno de los capitanes. Pero un mal giro en la primera semana de entrenamientos torció las cosas. Llegó entonces la artroscopia y el intento de recuperación alejado del día a día en El Requexón.

Las últimas pruebas médicas han acelerado la decisión. Generelo pone punto y final y hoy ofrecerá sus últimas palabras como jugador en la sala de prensa del Tartiere. Su despedida llega en una temporada en la que no ha debutado. Así, sus últimos minutos en el mundo del fútbol son los del Carranza, brillante epílogo a una carrera forjada antes en Badajoz, Zaragoza, Nàstic, Elche y Mallorca. Una carrera en la que no han faltado la experiencia en Primera (101 encuentros) ni la de levantar títulos: la Copa del Rey y la Supercopa, en 2004, con el Zaragoza.

El Oviedo libera una ficha con su salida, una plaza que tiene previsto ocupar en el mercado de invierno. La de mediocentro era una de las prioridades en la búsqueda de posibles fichajes y el adiós de Generelo le hace tener más fuerza. Los azules están decididos a cerrar la incorporación de un mediocentro de perfil más creativo que los actuales, aunque el complicado mercado de invierno limita las opciones.